FC BARCELONA

Iniesta: Mano izquierda, pie de oro

Se ha ganado a sus compañeros con un trabajo en la caseta alejado de los focos. Andrés Iniesta ha actuado con sigilo y, a nivel personal, ha cuidado su preparación al detalle para cumplir hoy 32 años y seguir a un excepcional nivel

Iniesta es uno de los pilares del Barça de Luis Enrique

Iniesta es uno de los pilares del Barça de Luis Enrique / sport

Jordi GIl

La capitanía es mucho más que llevar el brazalete durante los partidos. Andrés Iniesta asumió en verano el relevo de Xavi Hernández con las directrices muy claras. Ser el elegido para comandar a los compañeros significa dar la cara en el campo –algo que se da por hecho- y especialmente ser muy responsable en el interior de la caseta. Iniesta celebra hoy 32 años y lo celebrará con la tranquilidad de quien ha cumplido con su misión. Ha sido eficiente, discreto y ha intervenido de puertas adentro para sofocar cualquier conato de incendio.

Andrés está atento a todo lo que ocurre en el vestuario y ejerce su capitanía sin hacer ruido.  En verano, por ejemplo, tuvo un papel destacado para gestionar la incomodidad que sentía Pedro Rodríguez. El capitán intercedió para que el club accediera a su salida y Pedro pudiera cumplir con su objetivo de intentar la aventura de la Premier. Un gesto que fue apreciado en la caseta.

Los detalles hacia los compañeros han sido constantes. Ya como segundo capitán fue la primera persona que no se despegó de Luis Suárez cuando el uruguayo no podía jugar por la sanción de la FIFA y facilitó su integración en el equipo. Los cracks lo escuchan y respetan. El tridente acostumbra a ir a su aire al vestuario, pero cuando Andrés marca una pauta, su figura es tomada en seria consideración.

Espejo de la cantera La estima hacia el manchego crece entre los canteranos o los que cuentan con menos minutos. Otro ejemplo se ha visto con Marc Bartra, al que ha dado muchos consejos y ayudado para que no se viniera abajo en los momentos en los que se sentía más incomprendido. Iniesta no ha sido siempre un intocable y entiende la frustración  de quien no juega. Frank Rijkaard se resistía a situarle de titular –incluso vio la primera parte de la final de París desde el banquillo- y el manchego se solidariza y trata de reforzar moralmente a los que peor lo pasan.

Andrés no hará nunca un espectáculo público ni escenificará su liderazgo, pero el resultado de esta temporada se plasma con un vestuario que ha mantenido siempre la estabilidad, más allá de alguna salida de tono a nivel particular, como la de Dani Alves con su peluca tras la eliminación en la Champion. La armonía nunca se ha roto. Capítulos como los de la temporada pasada en Anoeta no se han repetido. Y, sin duda, la presencia de un  capitán pacificador y de buen talante ha ayudado a serenar los ánimos o, como mínimo, que nada se saliera de madre.

Una cuidada preparación Su primer año de capitán tiene buena pinta para saldarse con una nota alta, sobre todo si finalmente el doblete cae del lado culé. Andrés ha ejercido su mando con solvencia y su contribución en el campo ha sido determinante.

El buen estado físico a los 32 años tras pasar 14 en el primer equipo no es fruto de la casualidad. Iniesta sabe que tan importante es el trabajo en los entrenamientos como el descanso activo el resto del día. El manchego cuida minuciosamente su alimentación y las horas de descanso para llegar en perfectas condiciones a los entrenamientos y partidos. Es consicente que menospreciar esta faceta sería fatal para su carrera y significaría un obstáculo para continuar disfrutando del fútbol.

El centrocampista igue una pauta de trabajo en la que todo está calculado. Las horas de gimnasio son esenciales para la prevención, así como los ejercicios de recuperación y tratamiento después de los partidos. Al acabar un encuentro ya empieza a jugar el siguiente para llegar en perfectas condiciones.

El futbolista sigue a rajatabla las pautas de los preparadores del club y también atiende los consejos de amigos y especialistas de toda la vida, como Emili Ricart. También ha contado siempre con la ayuda de los fisios de la selección española, como el ‘gurú’ Raúl Martínez, para mantener el tono ante la gran acumulación de partidos de cada temporada.

Esta campaña ya disputado 42 partidos oficiales con el Barça, contabilizando 3.298 minutos. Luis Enrique le ha dado descanso en algunas fases de la temporada, pero el tiempo para rotar se acabó  cuando llegó el desenlace y la hora de la verdad. Años atrás se había desarrollado una teoría en el staff técnico que apuntaba que Iniesta no podía encandenar tres partidos consecutivo y al cuarto debía descansar. Una forma de actuar que ayudaba al manchego a estar más fresco, pero se ha visto que no era un dogma imprescindible.

Con su preparación e implicación personal, Iniesta ha demostrado que tantos años en el primer equipo del Barça no le impiden estar al pie del cañón cuando es necesario. A Andrés le queda cuerda para rato. Tiene dos años más de contrato con el Barça, hasta el 2018, y durante estas dos temporada se seguirá exprimiendo para alzar muchos más títulos. Ante el Arsenal, en el Emirates, fue el que más corrió del equipo, con 11.490 metros, y ante el Atlético, fue el tercero. Las piernas responden y el fútbol, por supuesto, también.