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Javier Cercas: "No habrá equipo como el Barça de Guardiola"

"Messi parece un personaje indescifrable, pero quizá porque en el fondo es un tipo muy normal"

"Desde hace años, corro unos kilómetros cada día. Sin eso no podría escribir", admite el escritor

Cercas, autor de 'Independencia'

Cercas, autor de 'Independencia' / Tusquets

Javier Giraldo

Javier Giraldo

En su nueva novela, 'Independencia' (Tusquets), Javier Cercas da continuidad a las peripecias del mosso d'esquadra Melchor Marín, un personaje que tendrá continuidad en el futuro.

¿Con esta novela acaba el ciclo de Melchor Marín, el mosso protagonista de la historia?

No, no se ha acabado. Quedan al menos dos historias más. La próxima, de hecho, ya está escrita. Es un personaje que me ha robado el corazón. 

Es un héroe lleno de matices.

Sí, porque en la ficción puedes hacer cosas que en la realidad serían intolerables. Es una de las maravillas de la literatura. La literatura es un placer, como el sexo. Pero también es una forma de conocimiento, también como el sexo. Por eso cuando alguien me dice que no le gusta leer, le doy el pésame. No sabe lo que se pierde. Yo no leo por obligación o porque queda bien, sino porque es un placer extraordinario y una forma de conocimiento: te obliga a cuestionar tus propias certezas y a empatizar con gente con la que nunca conectarías.

Se sumerge de nuevo en el mundo de los mossos.

Nunca había estado en Egara, la sede central del cuerpo. Me trataron de maravilla. Son tipos muy profesionales, que no están en historias políticas, sino centrados en su trabajo. Tienen excelentes relaciones con las otras policías. Su trabajo es muy complejo. Y la solidaridad entre ellos es impresionante.  

Uno de los dilemas de la novela es saber quién gana al final, los malos o los buenos.

Es otra de las ventajas de la literatura: aquí, a veces los malos pierden. Y te llevas una alegría. Aunque sea de una manera que en la vida real no aceptarías. El arte nos pone en el lugar de otro, aunque el otro sea un malvado, y eso nos enriquece. 

En la vida real, los buenos casi nunca ganan. 

La única solución se llama democracia. Pero hay que tomársela en serio. Es una cosa imperfecta, pero es nuestro único instrumento para protegernos de la voracidad infinita del dinero y del poder. Eso, y leer a Cervantes. 

Sigue siendo un referente para usted.

Sin duda. No hay un libro como El Quijote. Suena a tópico, pero es así. La gente se cree que el Quijote es un libro para catedráticos, pero es un libro enormemente popular y divertido. Es una novela aventuras. Es una novela de risa. A Cervantes nunca le hubieran dado el premio Cervantes. Hasta los analfabetos lo conocían. Es un libro extraordinario, parece mentira que lo haya escrito un español. No se acaba nunca. 

¿Sigue corriendo a diario?

Desde hace años. Sin eso no escribiría. Lo hago por placer, es como una droga, una droga natural que no te hace daño, sino al contrario. Yo hice mucho deporte de joven, sobre todo balonmano y tenis. Me apasionaba. Hasta los 16 años fue muy importante para mí. Camus decía que todo lo que sabía sobre la moral humana lo había aprendido jugando al fútbol. Yo lo aprendí jugando al balonmano y al tenis. 

Algunos siguen pensando que el deporte es pura frivolidad.

Para nada. Hay muchísimas novelas que van de serias y que son mucho más frívolas que el deporte. El deporte te enseña cosas fundamentales: por ejemplo, que las reglas se respetan. Si esto lo supiésemos de verdad, todo cambiaría. Porque aquí hay gente que se ha saltado las reglas como le da la gana, y nos joden a todos. Y otra cosa no menos importante: al rival se le respeta. Te pueden cascar, te pueden poner la zancadilla, pero tú tienes que respetar al rival. Eso se aprende en el deporte. 

¿Y el fútbol?

A mí me gustó mucho el fútbol. Sobre todo, el Barça de Guardiola. Lo disfruté enormemente. Tengo algo de nostalgia. No sé si lo veremos nunca más. No aspiro a ver ya algo así. Además, Guardiola era un caballero: respetaba al adversario. Lo comparabas con Mourinho y pensabas, ‘este señor no debería entrenar’. Un señor que le mete el dedo en el ojo a un adversario a la vista de todo el mundo… Eso me saca de mis casillas. Eso no ocurre en el tenis. ¡Los tenistas piden perdón cuando la bola pasa al otro campo tocando la red! ¿Te imaginas eso en el fútbol? 

¿Ya no disfruta con el Barça?

He perdido un poco de pasión. No soy un aficionado religioso, soy laico. Mi hijo, que se ha ido de casa hace poco, sí que es religioso, muy, muy culé. Yo soy más moderado. Soy un culé imperfecto, como diría Sergi Pàmies. 

¿Seguirá Messi en el Barça?

Messi parece un personaje indescifrable, pero quizá porque en el fondo es un tipo muy normal. Yo le veo y parece que vive en su burbuja, dedicado a ser el mejor en lo suyo. Yo me lo imagino tumbado en el sofá, haciendo una vida normal… lo que pasa es que en el campo es un genio. No sé qué hará, pero no creo que lo del verano pasado fuese una decisión en caliente. Me sigue pareciendo complicado que se quede, pero veremos qué ocurre.