Foto Sport: Piden el Balón de Oro para Alcácer

El grupo de aficionados mostrando la pancarta reivindicando el Balón de Oro para Alcácer

El grupo de aficionados mostrando la pancarta reivindicando el Balón de Oro para Alcácer / Valentí Enrich

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

El FC Barcelona - Hércules (7-0) de la Copa del Rey que cerró el 2016 futbolístico en el Camp Nou tuvo tres protagonistas estelares: Arda Turan con su segundo hat trick como blaugrana, Paco Alcácer que logró su primer gol en competición oficial con el equipo de Luis Enrique... y un grupo de aficionados que reclamó para Alcácer el 'Baló d'Or'.

El delantero de Torrent (Valencia) encontró en sus paisanos alicantinos del Hércules de Alicante la víctima propicia para romper una sequía que ya empezaba a adquirir tintes de maleficio y que le permite arrancar el 2017 con optimismo. El centro de Rafinha fue para él agua en medio del desierto goleador que lo ha martirizado durante meses, desde que firmó por el Barça el pasado verano.

Alcácer pudo paladear, al fin, cómo se siente un cazagoles cuando el Camp Nou corea su nombre cuando perfora las redes de la portería rival, pero también vivió una anécdota, situada entre el surrealismo y el realismo mágico, que protagonizaron un grupo de seguidores del Hércules de Alicante.

Como muestra la magnífica instantánea de nuestro compañero Valentí Enrich, cuando el ariete valenciano consiguió cabecear a la red el balón que valía la 'manita', camino del 'siete', levantaron una pancarta-mosaico redactada en valenciano que rezaba: "Alcácer Baló d'Or".

Ya fuera con un sentido de sincero respaldo, ya fuera con ánimo irónico, Paco Alcácer los obsequió con el mejor presente que puede ofrecer un delantero: un gol que, además, le permite ponerse al frente de una curiosa estadística.

Los esforzados seguidores del Hércules volvieron a levantar su 'mini tifo' al final del encuentro, cuando Tevenet y sus muchachos se llevaban de regreso a Alicante un capazo con siete goles. Buen humor hasta el final en un partido que para ellos era una fiesta y que para Paco Alcácer se convirtió en el de su despegue como goleador del Barça.