Así fichó el Barça a Lamine Yamal

Hay decisiones que, por pequeñas que parezcan en un momento dado, pueden acabar siendo trascendentales para el futuro de un club. Los ojeadores, técnicos y coordinadores de la Masia, pilar fundamental del FC Barcelona, conviven constantemente con la responsabilidad de que cada una de sus resoluciones tienen consecuencias importantes a largo plazo. Lo demuestra el simple ejemplo de la mejor época deportiva de la historia del club azulgrana: el éxito del equipo de Pep Guardiola sería inconcebible sin todos los canteranos que lo integraron y elevaron el famoso estilo a una nueva dimensión.

El fútbol base es un goteo constante de aciertos y errores. De ilusiones y decepciones. Llegar al primer equipo del Barcelona es un camino arduo y repleto de adversidades. El inicio, ya de por sí, no es sencillo. Llegar al conjunto culé implica superar una serie de exigentes filtros a edad tempranera y con una competencia feroz. Lamine Yamal, sin embargo, solo tuvo que ofrecer un par de pinceladas de su vistoso juego para convencer a los directores del fútbol formativo barcelonista y empezar, con siete años, su aventura en la Masia. Cosas de los futbolistas ‘elegidos’.

El descubridor

Todo empezó en uno de los partidos que el Barça organizó para formar las plantillas del Prebenjamín y el Benjamín D el año 2014. Lamine, entonces jugador del CF La Torreta, se presentó en la Ciutat Esportiva Joan Gamper después de que Isidre Gil, histórico ‘scouter’ del club en Catalunya, pactara esa prueba con Juan Manuel Gascón, coordinador del club de Granollers. En SPORT ya contamos que el habilidoso atacante aprovechó la oportunidad de la mejor forma, con un hat-trick que encandiló a Jordi Roura y Aureli Altimira, directores del fútbol base del Barça desde ese mismo año, precisamente, hasta 2021.

“Cuando entramos Jordi y yo, tuvimos claro que la clave del éxito consistía en apostar por jugadores de fútbol 7. Para confeccionar los equipos, planteamos dos o tres convocatorias para probar a los chicos y tomar decisiones. En el caso de Lamine... Corría de una forma especial. Era un poco ‘descabellado’, pero se le veía talento. El mismo primer día de prueba decidimos, junto con Marc Serra, entonces coordinador de fútbol 7 del club, que ya se podía quedar”, nos explica Altimira, que aprovecha la ocasión para destacar la figura de Isidre Gil, que lleva 25 años buscando talentos para el Barça en las comarcas del Vallès Oriental, el Maresme y Osona: “Es un hombre que ve 15 partidos de todas las edades cada fin de semana. Ha descubierto a jugadores impresionantes como por ejemplo Arnau Tenas. Hace un trabajo que no se ve, pero que aporta muchísimo a la entidad”.

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La carrera de Lamine podría haber sido muy diferente en caso de que él tampoco lo hubiera apostado todo al azulgrana. Y es que, pocos días antes de probar con el Barça, el delantero acudió a las instalaciones del RCD Espanyol para realizar los ‘exámenes’ de captación de la entidad perica. En la Ciutat Esportiva Dani Jarque también aprobó con nota, por lo que la decisión recayó sobre sus hombros. Él lo tuvo claro y, menos de una década después, ya puede presumir de haberse estrenado en el Camp Nou. Sueño cumplido.

Encontrar la posición ideal

Jordi Roura, por su parte, reconoce que “Lamine Yamal tenía cosas que lo hacían diferente”, pero considera también que “es muy difícil que alguien pueda pronosticar, a los siete años, que un futbolista será un crack o que llegará lejos”. "Si alguien dice que lo avisó, engaña”, remata. Evidentemente, la “evolución” es fundamental para satisfacer las expectativas generadas inicialmente. “Llegó un momento, cuando él empezó a jugar a fútbol 11, que sí que vimos que podía ser un futbolista especial”. “Entendía el juego de una forma diferente y era capaz de sorprender en cualquier situación del juego”, justifica.

Altimira coincide en la relevancia de “los dos primeros años de fútbol 11, los años de categoría Infantil”. “Es ahí donde se intenta encontrar una posición idónea para los jugadores. Con Lamine, que tiene gol, tuvimos que decidir si jugaba de interior entre líneas, de extremo a pierna cambiada o de delantero. Lo importante era que estuviera cerca del área, que es donde él marca diferencias. En el 4-3-3 del Barça no existe la demarcación de mediapunta, pero siempre se puede maquillar. Él necesita libertad para moverse hacia dentro, dar el último pase o definir. Tiene una sangre fría ideal para ser decisivo en área rival”, recuerda.

Los responsables de las categorías inferiores de la selección española tampoco tardaron mucho en adivinar el talento de Lamine Yamal. “Tiene un estilo de juego que te llama la atención. La primera vez que le vi me fijé en su capacidad técnica individual y en su facilidad para interpretar el juego: sabía perfectamente cuándo tenía que dar pase de seguridad, cuándo debía intentar un uno contra uno... Tenía un grado de madurez por encima de la media. Esto es lo que le hacía diferente del resto”, rememora Francis Hernández, director técnico y coordinador de Selecciones Nacionales, que tiene un trato “cercano” con la joya de la Masia.

En ‘La Roja’, de hecho, el atacante también está quemando etapas. Este mismo lunes se ha incorporado a la concentración de la sub-17 de España para disputar el Europeo que tendrá lugar del 17 de mayo al 2 de junio en Hungría.