Las cifras de unas elecciones históricas y peculiares

Laporta ya es el segundo presidente más votado de la historia del Barça, solo superado por Sandro Rosell

El voto por correo disparó la cifra de nulos en unos comicios que registraron una gran participación

Así ha celebrado Laporta la victoria en las elecciones: ¡cava y euforia!

Así ha celebrado Laporta la victoria en las elecciones: ¡cava y euforia! / SPORT.es

Jordi Carné

Jordi Carné

La victoria de Joan Laporta en las elecciones más largas de la historia del FC Barcelona no admitió discusión. El triunfo de ‘Estimem el Barça’ fue incontestable. Los socios se movilizaron masivamente para volver a confiar el cargo institucional de más relevancia de la entidad culé al abogado que entre 2003 y 2010 consiguió que el barcelonismo viviera unos años inolvidables. Inigualables. Este domingo 7 de marzo, Laporta se convirtió en el segundo candidato más votado en unos comicios con 30.184 apoyos, un 54,28% del total. Solo Sandro Rosell, quien en 2010 recibió 35.021 amparos (61,3%), gobernó con más legitimidad.

En la tercera posición de la lista de presidentes más votados se encuentra, precisamente, el mismo Laporta. En el 2003 aterrizó en la zona noble del Camp Nou con el aval de 27.138 socios (un 52,5%). Las cifras que ayer lo convirtieron otra vez en el ganador de las elecciones expulsaron del podio a Josep Maria Bartomeu, que gracias al triplete de Luis Enrique venció en los comicios de 2015 con el soporte de 25.823 culés. Curiosamente, el porcentaje de la masa social azulgrana que se ha decantado por el caballo ganador ha sido muy parecido en los dos últimos procesos democráticos: ‘Bo per al Barça’ cosechó el 54,6% de los votos, solo 0,22 puntos más que ‘Estimem el Barça’ este domingo. Josep Lluís Núñez, con un 76,3% en 1997, cuando se incorporó el sufragio universal, sigue detentando el tope histórico en este apartado.

Participación muy elevada y apoyo mayoritario al cambio

En plena pandemia, en medio de una temporada titubeante en el ámbito deportivo y con el club atravesando una profunda crisis económica, institucional y social, el Barça volvió a demostrar una vez más que es un club único. Los socios querían poner punto y final a 130 días de desgobierno costara lo que costara. Y lo hicieron con ilusión. Con una sonrisa capaz de transparentar las mascarillas más robustas del mercado. 55.611 culés ejercieron su derecho a voto y, por ende, se registró la segunda mejor marca de la historia de la entidad, solo superada por los 57.088 electores de 2010. Solo 1.477 papeletas de diferencia entre ambas elecciones aunque el contexto era mucho menos propenso a impulsar la participación.

Joan Laporta, ganador de las elecciones

Joan Laporta, ganador de las elecciones / EFE

Si con este dato no quedó suficientemente claro que el barcelonismo tenía ganas de que cambiaran muchas cosas, los apoyos que obtuvieron los dos candidatos que proponían un cambio radical respecto a los últimos 11 años lo acabó de zanjar. Aunque sus propuestas diferían en numerosos aspectos, sobre todo en el modelo de gestión, Laporta y Font eran los aspirantes ‘cruyffistas’ y recibieron, entre ambos, 46.863 votos. Un 84,27% de la masa social apostó por los proyectos que rehuían sin excusas ni vacilaciones cualquier tipo de continuismo. La semana empezó con los Mossos d’Esquadra en el Camp Nou por el ‘Barçagate’ y acabó, significativamente, con un golpe sobre la mesa de las opciones rupturistas con todo lo que ha sucedido en el trono azulgrana durante la última década.

El voto por Correo dispara la cifra de nulos

Otro número peculiar de los comicios tuvo que ver con los nulos. 3.628 papeletas (un 6,52%) fueron invalidadas. En las anteriores ediciones de los comicios se habían descartado una media de alrededor de 200. El motivo de este crecimiento exagerado fue, según explicaron los presidentes de la Mesa Electoral y la Junta Electoral, la inclusión de la modalidad de sufragio por correo. Una gran cantidad de socios no cumplieron los pasos adecuados y no incluyeron el sello necesario.

Solo votaron en blanco 351 culés, un guarismo que sí que estuvo entre los límites habituales.