El cabreo del vestuario no se traduce en rebeldía

Los pesos pesados no aparecieron en Amberes y ya hace demasiado tiempo que se les espera

Nadie es capaz de dar un paso adelante en un vestuario que más que cabreo desprende pasotismo

Amberes - Barça

Amberes - Barça / JAVI FERRANDIZ

Xavi Canals

Xavi Canals

“El vestuario está cabreado y con ganas de reivindicarse”, aseguró Xavi después de la decepcionante derrota contra el Girona en la Liga. Pues en el Bosuilstadion no se vio esa rabia que se supone que los futbolistas del Barça tenían contenida. La visita al Royal Amberes, colista del Grupo H, era ideal para pasar página y dibujar un escenario de optimismo para una afición necesitada de alegrías. Pero no fue así. El conjunto blaugrana repitió los mismos errores que le vienen condenando desde el inicio de la temporada y lo más preocupante es que los futbolistas no muestran ese espíritu de rebeldía que se espera de ellos para salir del bache.

Xavi sacudió el equipo tras el KO contra el Girona. Solo repitieron Iñaki Peña, Jules Koundé, Andreas Christensen y Robert Lewandowski, a los que rodeó de canteranos, buscando una reacción. Pero el madrugador gol de Arthur Vermeeren lo dinamitó todo. Y los pesos pesados que deberían echarse al equipo a la espalda no aparecieron. Y ya hace demasiado tiempo que se les espera. Lewandowski volvió a estar un partido más desaparecido y Koundé encadena un error tras otro hasta desesperar a compañeros y afición.

El de Terrassa recurrió en la segunda parte a Pedri, Ilkay Gündogan y Cancelo, pero más de lo mismo. Nadie es capaz de dar un paso adelante en un vestuario que más que cabreo desprende pasotismo. Como si la crisis de juego y resultados no fuera con ellos. Es más, alguien podría pensar que la plantilla está a la espera de acontecimientos en lo que se refiere al banquillo.

En Amberes, el equipo volvió a hacer aguas en defensa y no tuvo soluciones en ataque. Se ganan pocos duelos, se dan demasiadas facilidades a los rivales. El juego posicional es demasiado estático y las líneas están muy separadas. Y nadie se erigen como el líder que arrastre a los demás.

Con la excepción de la importante victoria contra el Oporto, que certificó la clasificación para los octavos de final de la Champions League, y del triunfo ante el Atlético en la Liga, el Barça ha completado un mes de noviembre muy decepcionante que se está alargando en diciembre.

Las dos buenas primeras partes contra Real Madrid y Girona quedaron ensombrecidas por el resultado y la imagen de impotencia ofrecida en los segundos actos. Y en el resto de partidos, el juego ha sido muy decepcionante, aún ganando, como ante la Real Sociedad o el Alavés. La derrota contra el Shakhtar ya fue un aviso, pero el equipo no acaba de reaccionar de manera definitiva. En Amberes solo hizo que ratificar que la dinámica no es buena y no se ve la solución.