Por la boca muere el clásico

Barça y Madrid han exhibido su legendaria rivalidad durante muchos años ante un micrófono

Mendoza, Núñez, Lorenzo Sanz, Gaspart, Figo, Eto’o, Piqué o Raúl han dejado perlas imborrables

FC Barcelona - Valencia: El gol de Raphinha

Raphinha anotó el único tanto del partido ante el Valencia / LaLiga

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

La cosa se ha calmado mucho porque ahora impera el buenismo hipócrita. Si hay que rajar, se disfraza uno de trol en Twitter y listo. Antes se hacía frente a un micrófono: ahí brillaban Mendoza, Gaspart, Núñez, Schuster o Lorenzo Sanz.

Hay quien aún dignifica el papel polemista de antaño como Piqué (“Ni los periódicos, ni Twitter, ni la marioneta de Florentino me han echado de la selección) o, con menos gracia, CR7 (“robar, siempre robar”), pero nada como aquellos tiempos en los que los puñales volaban en un puente aéreo mediático que dejó perlas imborrables.

Un clásico histórico

Santiago Bernabéu, que fue 35 años presidente del Real Madrid y antes cabo del ejercito franquista, tras perder la final de las botellas de 1968, soltó lo siguiente: “No están en lo cierto los que dicen que no quiero a Catalunya. La quiero y la admiro a pesar de los catalanes”. Normal teniendo en cuenta que antes dijo “los castellanos son históricamente los españoles más cojonudos y más completos”. Pero de aquello hace mucho.

Guardiola y Mourinho

En cambio, no hace tanto que Schuster, antes de jugar en el Camp Nou, soltó lo de “¿de dónde es el árbitro? ¿Catalán? No hace falta decir nada más”. A lo que añadió: “Ganar ahora en el Camp Nou al Barça es imposible”. Le costó el cargo antes de acabar la temporada 07-08. 

Pep es el autor de una de las frases más famosas antes de un clásico, la del día antes de que Messi hiciera un doblete con el que empezó a ganar la Champions de 2011: “En esta sala es el puto jefe, el puto amor”, dedicó a Mourinho, que días antes le había buscado las cosquillas con lo de los entrenadores que hablan de los árbitros, los que no y los que hablan cuando no tienen razón.

Mourinho, en rueda de prensa

Mourinho, en rueda de prensa / EFE

Piques ‘old school’

Muchos años antes, las guerras entre Mendoza, Gaspart, Núñez y Lorenzo Sanz eran legendarias. Sanz, tras un clásico en el Camp Nou, dijo de los dirigentes blaugrana que “son impresentables, no ha parado en los noventa minutos de quejarse del árbitro, de insultarle”. Gaspart le respondió: “El impresentable es él y que nos lo diga a la cara si se atreve. Cuando se ha puesto a hablar conmigo se ha largado. ¿Qué pensaba que le iba a arrear o qué?”. Al final de aquella temporada, Raúl, celebrando el título de Liga, cantó aquello de “Barça, Barça, mierda!!”.

Años más tarde, Eto’o devolvió la dedicatoria: “Madrid, cabrón, saluda al campeón”, gritó en el Camp Nou tras ganar la Liga de la temporada 04-05 con Rijkaard. Luego pidió perdón. Años atrás, Figo había abierto el camino con un muy recordado, sobre todo porque luego cambió de camiseta, “Blancos, llorones, feliciten a los campeones” con su acento portugués y siendo capitán del Barça. Figo lucía bandera portuguesa para celebrar la Liga 98-99 en el Ayuntamiento de Barcelona con la afición culé. Piqué es de los pocos que ha seguido con esta tradición, aunque más respetuoso: “Kevin_Roldán, contigo empezó todo”. También se acordó a Arbeloa: “Se autoproclama amigo mío, pero solo es un conocido, cono-cido”.

Núñez, ‘on fire’

Pero volvamos atrás en el tiempo para seguir saboreando, en este caso, una disputa legendaria entre Mendoza y Núñez. Cuando el presidente blanco llegó a Barajas, donde le esperaban aficionados madridistas, y cantó aquello de “es polaco el que no vote” para celebrar la Supercopa de España conquistada en Barcelona en 1993, a su homónimo blaugrana no le gustó el gesto y reaccionó con su particular sentido del humor: “No creo que, con el lumbago que tiene, esté para dar saltitos”. Acabó diciendo que “me deprime pensar que un hombre así pueda dirigir una entidad de la talla del Real Madrid”.

Pep Guardiola, junto a Joan Gaspart

Pep Guardiola, junto a Joan Gaspart / David Ramírez

El tema físico siempre fue recurrente, como cuando Núñez, sin nombrarlo, insinuó que Fernando Sanz estaba en el primer equipo madridista porque su padre, Lorenzo Sanz, era el presidente, que respondió contundente: “El señor Núñez, a parte de bajo de estatura, es bajo de moral”. “Si hay problemas en el equipo y se siente afectado, será porque tiene sus problemas”.

A Núñez le iba la marcha. Años Antes, en 1979, con una democracia recién estrenada, acusó en una reunión federativa en la que estaban presentes todos los clubs de Primera a Luis de Carlos, entonces presidente blanco, de jugar con el viento a favor: “Cuando en la ruleta siempre sale el 36 es que alguien hace trampas”. El madridista amenazó con irse, pero Josep Lluís siguió a lo suyo: “Nos robáis a todos, no vamos a pedir perdón”.