Historia SPORT

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El Barça ganó en Cádiz la primera tanda de penaltis de la historia

Un periodista gaditano tuvo la idea de resolver los empates del Trofeo Carranza de 1962 lanzando cinco penaltis

El Barça batió al Zaragoza desde los once metros en el primer desempate por penaltis del que se tiene constancia

Duckadam detuvo todos los lanzamientos del FC Barcelona en Sevilla. El último, el de Marcos

Duckadam detuvo todos los lanzamientos del FC Barcelona en Sevilla. El último, el de Marcos / sport

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Ocurrió en Cádiz, en el mes de septiembre de 1962. Parecía un partido sin más trascendencia que la disputa de un torneo veraniego, el Trofeo Ramón de Carranza, pero iba a pasar a la historia del fútbol, con el Barça como protagonista.

Pero el protagonista real de la historia es Rafael Ballester, periodista del ‘Diario de Cádiz’ y miembro del comité que organizaba el trofeo veraniego de la ciudad, que en aquellos tiempos gozaba de un enorme prestigio (no existían las giras por Asia o Estados Unidos y los equipos se rodaban en torneos como el Carranza) y que solía enfrentar a los grandes clubes españoles con los mejores equipos sudamericanos.

Se jugaban dos semifinales el sábado, y tanto la final como el tercer y cuarto puesto quedaban para el domingo. No había, pues, hueco para jugar partidos de desempate, pero ¿qué ocurría cuándo una semifinal –o la final- terminaba en empate? Al principio se contaban los saques de esquina lanzados durante la prórroga y el que más hubiese lanzado era proclamado ganador, pero el sistema no convencía a los equipos ni a los árbitros, así que se acabó recurriendo al lanzamiento de una moneda: cara o cruz.

Pero a Rafael Ballester no le parecía un método demasiado justo, así que en el Carranza de 1962 se sacó de la manga un nuevo método: cada equipo lanzaría cinco penaltis. El más acertado desde los once metros sería el ganador. Publicó su propuesta en el ‘Diario de Cádiz’ y los organizadores del torneo la aprobaron.

Empate en la final y una tanda histórica

El Trofeo Carranza de 1962 lo disputaron Barça, Zaragoza, Inter y San Lorenzo de Almagro. Barça y Zaragoza ganaron sus semifinales y se enfrentaron en la final el 2 de septiembre. No hubo goles en los 90 minutos y se disputó una prórroga: Marcelino marcó para el equipo aragonés y Ré, para el azulgrana. El tiempo extra acabó con 1-1 en el marcador.

Tocaba poner en práctica la ‘fórmula Ballester’, los lanzamientos de penalti, algo nunca visto antes. El Zaragoza lanzó primero sus cinco penaltis: marcaron Duca, Seminario y el portero Yarza, y fallaron Lapetra y Santamaría. El Barça también anotó tres (Benítez, Ré y Gracia; fallaron Camps y Cubilla), por lo que se acordó que ambos equipos lanzasen otros cinco penaltis, ahora empezando por el Barça, que logró anotar sus cinco lanzamientos. Duca, que había marcado en la primera tanda, falla su penalti: el Trofeo Ramón de Carranza es para el Barça, ganador de la primera tanda de penaltis de la historia.

El mérito fue para un árbitro alemán

La historia, sin embargo, no fue amable con Rafael Ballester (fallecido en 2015, a los 87 años) porque aunque la UEFA aprobó las tandas de penaltis como método de desempate en 1971, la International Board no lo aprobó hasta 1974. El primer gran torneo resuelto gracias a una tanda fue la Eurocopa de 1976, cuando Panenka sorprendió a Maier con un lanzamiento picado, suave y centrado.

Ballester, sin embargo, nunca disfrutó del reconocimiento de haber sido el padre de la idea. El mérito se lo llevó un peluquero alemán, Karl Wad (1916-2011), árbitro en sus ratos libres, que en 1970 elevó una propuesta similar a la federación bávara de fútbol. Hans Huber, presidente del fútbol bávaro y vicepresidente de la federación alemana, rechazó la idea, pero poco después acabó aceptándola y en la temporada 1970-71 la tanda de penaltis se puso en práctica para resolver empates en Baviera.

En la biografía de Wald se asegura que él ya había probado la idea de los penaltis a comienzos de los años sesenta, en sus últimos años como árbitro, a modo de prueba y siempre con el consentimiento previo de los capitanes de ambos equipos. Visto el atractivo que generaba en el público, decidió seguir adelante con la idea.

Nunca se sabrá a ciencia cierta quién es el padre original de las tandas de penaltis. Wald se llevó el reconocimiento oficial (hasta el punto de que Joseph Blatter, ex presidente de la FIFA, le felicitaba cada Navidad y en Penzberg, su localidad natal, hay una calle con su nombre), pero está documentado que Ballester publicó la idea en 1962 y que en el mes de septiembre de aquel año, el Barça ganó el primer trofeo de la historia resuelto en una tanda de penaltis.