El Barça, incapaz de remontar los partidos

El cuadro azulgrana volvió a demostrar ante el Granada que le cuesta darle la vuelta a los duelos que se le complican

Tan solo ha remontado uno de los últimos ocho duelos en los que llegó al descanso por detrás en el marcador

Por acciones como estas Araujo fue el mejor del partido

Albert Gracia

Albert Gracia

Qué lejos han quedado aquellas noches de remontadas que tanto gustaban en el Camp Nou, donde el equipo creía y la afición casi marcaba el tanto que abría el camino de la esperanza. Ahora la hinchada escasea en el feudo azulgrana (por la pandemia), pero lo que también escasean son precisamente eso, las remontadas. Ya ni se recuerdan. Básicamente porque la última data de hace siete meses, en un lejano Betis-Barça en el Benito Villamarín que terminó 2-3 gracias al tanto de Trincao en el 87'.

Desde entonces, el FC Barcelona ha sido incapaz de remontar un solo partido en el que se ha ido al descanso por detrás en el marcador. En ocho ocasiones ha sucedido, pero solo ante el Betis terminaron llevándose el gato al agua. Datos que se explican por múltiples razones que trataremos de desgranar. De Perogrullo, quizás, algunas.

Debilidad defensiva

El Barça no se está mostrando como un equipo fiable atrás. Koeman ha probado diferentes ejes en el centro de la zaga, pero aún no ha escogido a su pareja titular tras la llegada de Eric Garcia, como tampoco lo hizo la temporada pasada entre Lenglet, Piqué y Araujo. Ni la defensa funciona ni el bloque parece ser compacto. Serios problemas cuando el equipo no logra robar tras pérdida y se supera esa primera línea de presión. Si te cuesta marcar y encajas...

Falta gol

Costándole horrores cerrar su propia meta, el equipo tampoco podemos decir que sea un festival en ataque. La llave maestra llamada Leo Messi que abría los candados rivales ya no está y, de momento, no ha aparecido nadie dispuesto a suplir sus goles. Memphis quiere, pero está demasiado solo a la espera de ver cómo regresan hombres que deben ser importantes como Ansu Fati, Dembélé o el propio Coutinho

No hay desequilibrio

Coutinho, Demir, Memphis, Luuk de Jong... Todos ellos son jugadores que buscan el desequilibrio por dentro, pero nunca por fuera. El Barça ha visto como, ante defensas en bloque bajo (más si cabe estando por delante en el marcador), sus ataques se estrellaban una vez tras otra por el centro.

Sin Ansu ni Dembélé, el conjunto azulgrana no tiene extremos que abran el campo y permitan oxigenar por dentro para que los espacios los aprovechen los De Jong, Pedri y compañía. Para remontar en partidos donde el rival se encierra, los extremos deberían ser claves buscando el uno contra uno.

No hay desequilibrio por fuera... Pero tampoco hay jugadores cuya especialidad sea esa. Con Dembélé y Ansu todavía fuera y a la espera de ver cómo regresan y sin Messi, el Barça anda falto de jugadores que desborden y sean capaces de irse en el uno contra uno.

El famoso fondo de armario

Cuando los partidos se complican y hay que cambiar dinámicas en la segunda mitad... Los cambios deben surtir efecto. Koeman ha visto como el fondo de armario se ha ido vaciando poco a poco hasta el duelo de ayer, donde no tenía delanteros para ofrecer algo distinto a lo que había sobre el verde.

Falta de garra y de planes

Llámenlo garra, coraje o chip ganador clave para creer hasta el final. Con todo el partido por delante, el FC Barcelona jamás avasalló con fútbol y ocasiones a un rival inferior futbolísticamente como el Granada. Y se fue yendo del partido cuando más conectado necesitaba estar.

Y, por último, parece no haber un plan para solventar situaciones donde el equipo se deba enfrentar al marcador. Ante el Granada, por ejemplo, el plan fue colgar balones y más balones al área esperando un milagro que finalmente sucedió a medias. Araujo, de apellido coraje, puso las tablas, pero ya no hubo tiempo para culminar la remontada.

Así, el Barça se ha visto perdido e incapaz de remontar en partidos donde había que hacerlo y con más de media parte por delante para lograrlo. La receta no debe ser otra que tratar de ser mucho más contundentes, tanto arriba como atrás. No hay equipo campeón que no remonte aquellos partidos que se complican.