Un Barça sin clase media

El FC Barcelona tiene jóvenes extremadamente ilusionantes y veteranos capacitados para rendir a buen nivel en la élite. Esto no es ninguna noticia. Como tampoco lo es, sin embargo, que esta temporada el equipo culé está echando de menos a esos futbolistas de entre 23 y 30 años que se encuentran en su máximo nivel competitivo por el hecho de compaginar su mejor estado físico con una considerable experiencia en el mundo del fútbol. En el Nuevo Los Cármenes, el conjunto blaugrana llevó al extremo esta realidad. Nunca mejor dicho. Ousmane Dembélé (24 años) fue el único jugador de campo de la ‘clase media’ que figuró en el once inicial.

Más allá del portero Marc-André ter Stegen (29 años), el resto de jugadores titulares contra el Granada –Gerard Piqué (34), Eric Garcia (21), Jordi Alba (32), Sergio Busquets (33 años), Nico González (20 años), Gavi (17), Luuk de Jong (31) y Ferran Jutglà (22)– están fuera del rango de edad mencionado. En la segunda mitad entraron Clément Lenglet (26) y Memphis Depay (27), que maquillaron ligeramente la estadística pese a no mejorar el rendimiento de Ferran Jutglà y Eric Garcia, pero también Abde (20) y Álvaro Sanz (20). En total, solo cuatro de los quince futbolistas que participaron en el tropiezo blaugrana forman parte de una ‘clase media’ con cada vez menos peso en la plantilla, y más ahora que Martin Braithwaite (30), Sergi Roberto (29) y Frenkie de Jong (24) están lesionados.

Ya no es solo una cuestión de cantidad, sino también de calidad. Ninguno de los jugadores en teórica madurez competitiva ha rendido a la altura de las expectativas en lo que llevamos de temporada. Los casos más preocupantes son, evidentemente, los de Frenkie y Ter Stegen, dos efectivos que estaban obligados a dar un paso adelante tras el adiós de Leo Messi y que no solo no lo han dado, sino que han estado lejos de su mejor versión. Recuperar al neerlandés y al alemán es vital para Xavi Hernández en el corto plazo: la ‘zona Champions’ será muy cara y el Barça tiene que mejorar unas cifras que le sitúan, de momento, en su peor situación clasificatoria de los últimos 18 años.