La expulsión de Gavi fue determinante

Gavi

Gavi, expulsado por doble amarilla / AFP

Pichi Alonso

Pichi Alonso

 Primera parte muy igualada, con alternativas en la posesión del balón entre ambos equipos, que también estuvo muy equilibrada pues el Barça no pudo someter al rival, como siempre desea su técnico. Las defensas se impusieron claramente a los ataques en estos primeros cuarenta y cinco minutos y transcurrió sin apenas ocasiones de gol, uno por cada bando, al margen del gol anulado a Luuk de Jong por el fuera de juego de Gavi en la jugada inicia. Vimos una muy buena primera parte de Eric Garcia, muy buenas intenciones en Nico, pocas apariciones de Jordi Alba en ataque por la izquierda y sin Dembélé pudiendo desequilibrar gracias a un Neva siempre ayudado por Machís para aplicarle el dos contra uno. Como también sucedería en el segundo tiempo, el Barça hizo el doble de faltas que el Granada. Es un dato significativo. 

GOLEÓ DE JONG

La segunda parte siguió el mismo curso que la primera: apenas sucedía nada, hasta que un excelente remate de Luuk de Jong a centro de Dani Alves adelantaba en el marcador a losde Xavi, quien ya preparaba cambios porque no debía gustarle demasiado lo que veía de su equipo sobre el césped. No reaccionó el Granada y el Barça empezó a mostrarse cómodo, llegaron los cambios y se retiró De Jong, que durante la hora que disputó había sido el atacante más peligroso del equipo. Entonces llegó la jugada determinante del encuentro. Gavi, que ve demasiadas tarjetas amarillas, vio la segunda y dejó con diez al equipo. Este se tiró atrás, defendió demasiado cerca del área y en un córner mal defendido logró Puertas el empate. Una situación que servirá de experiencia a Gavi para aprender que no siempre puedes ir con todo en todas las disputas del balón.

La clave: el Barça no supo cerrar un partido en el que se había puesto por delante.