LA ENTREVISTA

Pablo Torrijos: "El fútbol se lo come todo y eso no es bueno"

Es atleta, luego es un héroe. El subcampeón de Europa de triple salto y primer español en superar la barrera de los 17 metros tiene algo de Quijote. Él también se enfrenta a los molinos

Torrijos considera que ser atleta, hoy, es casi un acto de resistencia

Torrijos considera que ser atleta, hoy, es casi un acto de resistencia / sport

Carlos R. Galindo

Tres veces loco: práctica atletismo, es un especialista en triple salto y estudia criminología. Un personaje, en fin.

(Se ríe) Pues sí, ya ve. Imagino que tiene que haber de todo. Pero no crea, no soy un caso único. Hay más personas como yo. 

Vayamos por lo primero: el atletismo...

Era un chaval muy movidito. Tanto que, cuando tenía 11 años, mis padres me llevaron a un colegio en Castellón en el que el deporte era requisito imprescindible. Allí se practicaba de todo, carreras, saltos, lanzamientos, futbol, baloncesto....

¡Qué me dice! ¿Un colegio en el que el deporte era piedra angular...?

Pues sí. Tanto que, cada día, antes de empezar las clases, nos obligaban a ejercitarnos una hora, de 8.30 a 9.30. Y conste que ese tiempo era al margen de las horas específicas de educación física.

¡Una pasada! 

Al principio, jugaba a futbol sala pero era bastante malillo. Un día, el profesor de Educación Física me dijo: “Mira, chaval, te voy a hacer unas pruebas. Creo que tienes cualidades para el atletismo.

¿Usted pondría cara de póker...?

Yo ni siquiera sabía lo que era el atletismo. Pero probé y me gustó. Así fue como descubrí este deporte y me enganché al triple salto. 

Lo suyo fue amor a primera vista...

Me pareció una disciplina muy atractiva. Además, empecé a ganar algunas competiciones y eso me animó. Ya sabe como son los críos; te cuelgan una medalla, te ilusionas... 

Pero, ¿por qué el triple salto?

Es una de las pruebas más técnicas del atletismo junto al salto de altura y, quizá, algún lanzamiento. Siempre me gustaron las cosas complejas. El triple tiene tantos detalles, tantos matices... Es muy especial. 

Siga...

Pues verá, para empezar el entrenamiento es muy variado porque hay que ejercitarse en la velocidad, la fuerza, el equilibrio... Eso permite que no se haga aburrido. No se trata de correr y saltar. 

¿Hace tan solo unas semanas, llegó su explosión, que vino acompañada de un nuevo récord nacional y de una medalla de plata en el campeonato de Europa en pista cubierta...?

Esperaba ese momento con ganas. Es más, lo había soñado. De hecho, creo que la plusmarca ya pude batirla el año pasado pero, por una cosa u otra, no lo conseguí. Me alegra que fuera en Praga. Ser subcampeón continental solo ha de ser el primer paso de un largo camino.

Sí, porque usted es muy joven y tiene todo el futuro por delante...

Tengo 22 años (en mayo cumplirá 23) y creo que mi margen de mejora es grande. Ya me he quitado de la cabeza la barrera psicológica de los 17 metros y ahora sé que mi limite está lejos. ¿Dónde...? Ni yo mismo lo sé. Solo pido que me respeten las lesiones, corregir mis defectos...

¿Defectos?

Creo que soy rápido pero no acabo de atacar bien la tabla de batida. En Praga, por ejemplo, me quedé a 21 centímetros. Y eso es demasiado. Imagine, en lugar de 17,04 hubiera acreditado 17,25. 

Esta temporada se disputarán Mundiales en Pekín y en 2016, Juegos en Río...

Un Mundial ya es otra historia. Me conformaría con meterme entre los finalistas y, una vez allí, pelear por las medallas. Los Juegos aún están lejos. No puedo pensar en eso. 

Estudia criminología, como Joel González, oro olímpico en los Juegos de Londres 2012 en taekwondo...

Pues sí. No quiero ser un CSI a la española; lo que me gustaría es analizar los delitos para evitar que se vuelvan a repetir. Opositaré y ya veremos... De pequeño deseaba ser policia o funcionario de prisiones.

¿Puede vivir del atletismo?

(Lo medita unos segundos) Ahora mismo, sí. Pero sepa que vivo con mis padres y no tengo gastos importantes. Si me hipotecara y tuviera que mantener a una familia, seguro que no llegaría a final de mes. Además, los atletas dependemos de los resutados y si me lesiono y no puedo competir, no cobro. Así es difícil planificar nada. Me parece injusto y cruel. El fútbol se lo come todo y eso no es bueno ni saludable para el resto de deportes.

Pero...

La gente se queja de que no llegan los resultados. Si supiera los medios que tenemos no nos pedirían medallas. Ser atleta, hoy, es casi un acto de resistencia. 

¿El triplista perfecto?

Jonathan Edwards.

¿Y usted?

Déme tiempo...