El día más grande del año en el ciclismo

La Paris-Roubaix pone a prueba la dureza de los ciclistas con una trazado de 257 kilómetros llenos de tramos adoquinados. Ojo al duelo entre Van Aert y Van der Poel

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El tercer monumento de la temporada ciclista Después de que Matej Mohoric ganase la Milan-San Remo y que Van der Poel se apuntase el Tour de Flandes, la Paris-Roubaix promete emociones fuertes para este domingo de resurrección con un duelo entre el mencionado Mathieu y Wout van Aert, quien regresa tras estar de baja dos semanas por un positivo por Covid-19. Los dos ciclistas más espectaculares del pelotón no han ganado nunca en el velódromo de Roubaix y quieren estrenar su cuenta esta misma temporada en un duelo que les pondrá al límite de sus fuerzas.

La Paris-Roubaix se compone de 30 sectores de adoquines que harán que de los 257 kilómetros que se recorren 55 sean sobre un asfalto empedrado e irregular. Pese a no haber ni una colina en todo el recorrido, la complejidad de circular en un terreno tan complejo y difícil hará por sí mismos las diferencias con el ciclista más potente y hábil llevándose el gato al agua. Será en esta batalla cuando Van der Poel y Van Aert puedan ponerse el día en una temporada donde sólo se han cruzado en una carrera, la Milan-San Remo, que cayó del lado del primero con un tercero puesto por un octavo del ciclista del Jumbo-Visma.

En esta carrera, parece que la falta de ritmo de Van Aert tras estar dos semanas sin competir puede ser decisivo. El campeón belga firmó un séptimo puesto la pasada temporada y su cuota se ha resentido hasta caer su triunfo a [7.00]. Por su parte, Van der Poel -tercero el año pasado- es el gran favorito cotizando a [4.20], aunque no habrá que perder de vista al segundo favorito, el ex campeón del mundo Mads Pedersen, quien se presenta como ganador a cuota [4.50].

La ausencia del ganador de la pasada temporada Sonny Colbrelli no es clave para una prueba donde rara vez se repite un ganador. Puede que con Van der Poel y Van Aert comience una hegemonía, pero la Paris-Roubaix no ha visto a nadie repetir desde 2009 cuando Tom Boonen lo consiguió. Este hecho habla de la complejidad de una prueba donde habitualmente no gana el más fuerte, sino el más listo y el que menos se expone innecesariamente al viento. Además habrá que estar atento al tiempo porque si llueve la carretera puede convertirse en una pista de patinaje.

El ciclismo español sólo contará con cinco representantes -y los cinco en las filas de Movistar- para intentar una hazaña imposible para los nuestros. En 119 años de historia nunca un ciclista español ganó la prueba, aunque Juan Antonio Flecha estuvo rodándola hace década y media. En esta edición, Iván García Cortina intentará hacer un buen papel, aunque el ciclista español que mejor resultado tiene de los que están en la línea de salida es un Imanol Erviti que fue noveno en 2016.