El Chelsea acentúa el dominio de Europa

El Chelsea cerró el círculo y ganó el último título que le faltaba en la era Roman Abramovich: el tan anhelado Mundial de Clubes, con el que queda bautizado como el mejor equipo del planeta. Derrotó, en la prórroga, por 2-1 a un Palmeiras muy combativo, que lo dio todo, pero que acabó sucumbiendo a un penalti forzado por Azpilicueta y transformado por Havertz.

Con la consecución del título, el Chelsea ha sumado el trofeo número 35 de 61 para equipos europeos, acentuando su dominio frente a los otros equipos del resto de continentes. Desde el triunfo del Bayern en 2013, la competición suma nueve campeones europeos consecutivos.

Desde la inauguración del Mundial de Clubes en 1960 y hasta 1994, hubo 20 campeones sudamericanos por solo 13 europeos. Un dato que dio un giro radical a partir de 1995 y la implantación de la ley Bosman. Desde entonces, 22 campeones europeos, por tan solo seis sudamericanos.

La maldición de la prorroga

El título mundial de clubes se ha decidido en una prórroga (o en la tanda de penaltis) por 15ª vez en la historia. Sudamérica no se lleva el título en la prórroga desde 1983, cuando lo hizo Grêmio ante Hamburgo con gol de Renato Gaúcho en el minuto 93.

Azpilicueta remató y el balón tocó en las manos de Luan. Protestaron los Blues y el VAR mostró el camino de la pena máxima. Havertz no perdonó. Marcó y decidió la final.