Conoce la terrible historia que asoció el color morado al feminismo

El color morado se ha convertido en un símbolo de la lucha feminista 

Imagen de archivo de la manifestación feminista

Imagen de archivo de la manifestación feminista / MARISCAL

Hoy es el 8-M, el Día Internacional de la Mujer, y son muchas las ciudades españolas, y del mundo, que acogen manifestaciones para dar voz a todas esas mujeres que no pueden hacerlo. Y es que todas estas manifestaciones tienen una cosa en común por excelencia: el predominio del color morado en sus marchas.

En las manifestaciones de los últimos años los tonos morados han sido los protagonistas en las calles. Se ha hecho visible en la ropa, pancartas, carteles o pañuelos que hacen más visible el mensaje, la reivindicación de la igualdad de derechos sin importar el género y, en definitiva, el feminismo.

La simbología de los colores es importante por eso queremos hacerte una pregunta: ¿conoces desde cuándo es el morado un color feminista y por qué? Y es que son varias las teorías que han tratado de dar respuesta a esta pregunta.

La explicación más simple a esta pregunta es que el color morado se obtiene de mezclar el azul con el rosa, que son los colores tradicionalmente a cada uno de los géneros. Pero lo cierto, es que existen otras teorías que se remontan a hechos históricos y que aportan una explicación más plausible.

Como bien sabemos, uno de los episodios más duros vividos en la lucha feminista comparte reivindicaciones con la lucha obrera. El siglo XIX fue testigo del nacimiento de los movimientos obreros que se centraban en demandar mejoras en las condiciones de vida, que se habían visto dañadas por la evolución de la industria.

Este era el caso de muchas fábricas neoyorquinas, donde las plantas de trabajadores reflejaban estos cambios sociales. En una de estas fábricas sucedió el evento trágico que dio lugar a que se asociara el morado con la lucha feminista.

El desastre de la Triangle Waist CO.

En la fábrica textil Triangle Waist Co., la mayoría de las trabajadoras eran mujeres jóvenes cuya procedencia residía en diversos países europeos y que habían cruzado el Atlántico en busca de más trabajo y de una vida mejor.

Estas mujeres sobrevivían jornadas de 52 horas semanales con un sueldo mísero que hacía que se encontraran en pésimas condiciones de vida. Además, se encontraban trabajando en pésimas condiciones de seguridad, ya que la fábrica mantenía los accesos al edificio cerrados para evitar robos en la zona.

El 25 de marzo de 1911 comenzó el desastre, cuando se declaró un incendio en las instalaciones. Nunca se pudo saber si fue a causa de una colilla mal apagada o por culpa de una chispa en el motor de una de las máquinas de coser.

Pero, lo cierto es que la mayoría de las trabajadoras no pudieron huir de las llamas porque el edificio se encontraba cerrado y no pudieron abrir las puertas con la suficiente rapidez. El total de personas muertas fue de 146 y, además, 70 quedaron heridas, la mayoría de ellas fueron mujeres.

Los bomberos se encontraron con dificultades al entrar en la fábrica por lo que el fuego consumió toda la fábrica y lo que había en su interior. Se dice que el humo que expedía el edificio podía verse desde casi toda la ciudad, y era de color morado debido a los tejidos que se usaban en esa fábrica textil.

Es por este motivo que, el color morado se convirtió en un símbolo de la injusta situación en la que mal vivían muchas mujeres. Otro de los motivos es porque en el siglo XX el movimiento sufragista tuvo gran impacto en sus reivindicaciones.

Las mujeres que pedían el derecho al voto adoptaron el morado como un color simbólico de su lucha, junto con el blanco y el verde. Emmeline Petick-Lawrence, una sufragista destacada lo explicaba así: "El violeta, color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y la dignidad".

Debido a estos dos acontecimientos, hoy en día, el morado se ha convertido en uno de los símbolos más importantes de la lucha feminista. El morado representa a millones de mujeres que en un día como hoy, 8 de marzo, salen a la calle para reivindicar sus derechos básicos, con un grito unánime: Igualdad.