EL FÚTBOL ES ARTE

La transparencia de Neymar... y de Suárez

Bartomeu ha vuelto a desaparecer. Otra vez, silencio

Bartomeu ha vuelto a desaparecer. Otra vez, silencio / sport

Xavi Torres

TODO IBA PERFECTO. Como no hay relato ni discurso, la puesta en escena dependía de Messi. Si el equipo gana, se saca pecho. Se sacan los directivos a pasear, se va a los medios de comunicación, se hace campaña y hasta se discute lo que “es para ahora” y lo que se preparará “para las elecciones”. El presidente y el candidato Bartomeu. Hoy desde las diez a las 12, presidente, y a partir de las 12 y hasta las 16, candidato. O al revés, depende del día y de la agenda. Y mañana ya veremos. Que el equipo de Luís Enrique haya acumulado ocho vistorias seguidas nos ha permitido al periodismo trasladar al socio, seguidor o aficionado del Barcelona, los pensamientos y opiniones de Josep Maria Bartomeu. Se agradece escuchar a los protagonistas.

Pero ayer volvimos a las andadas. Más caso Neymar. La petición del fiscal José Perals al juez Pablo Ruz de cerrar el período de instrucción e iniciar el juicio contra el Barça y el expresidente Sandro Rosell y, al mismo tiempo, recoger información de un posible nuevo fraude fiscal que llevaría al actual presidente a la imputación. Mazazo. ¿Respuesta? Silencio. Se abre un paréntesis en su campaña electoral. ¿Hasta cuándo? Esta vez no se sabe si ni siquiera Messi lo podrá arreglar. Y dicho esto, una vez más, una pena no poder trasladar a toda la gente del Barça la opinión del máximo representante de su club en un nuevo día de vergüenza en que el Fútbol Club Barcelona, entidad centenaria y referente mundial hasta hace cuatro días, vuelve a manchar su nombre. 

Por cierto, el fiscal anuncia que el coste total de la operación Neymar es de 94.892.181,29 €. Rosell anunció 57 y Bartomeu, 86,2. A ver lo que dice el juez Ruz. ¡Con lo fácil que hubiera sido explicar con transparencia el precio y las condiciones del fichaje de semejante crack! A modo de ejemplo, el caso Luis Suárez: 81 millones de euros y punto. Y aquí está. Y nadie se queja.