MOTOGP - JORGE LORENZO, EL PERFIL DEL CAMPEÓN

'Self made man'

Lorenzo es un campeón hecho a sí mismo, que no lo ha tenido fácil ni en la pista ni fuera de ella

Jorge Lorenzo

Jorge Lorenzo, tricampeón del mundo de motogp

Laura López Albiac/Sergi Mejías

La etiqueta que mejor define a Jorge Lorenzo Guerrero (Palma de Mallorca, 1987) es la de campeón autodidacta. Un piloto hecho a sí mismo. Que no lo ha tenido fácil, ni en la pista, ni en la vida. Su padre Chicho dirigió con mano de hierro sus primeros años en las dos ruedas y le hizo madurar mucho más rápido que los demás chavales de su edad.

El talento a raudales que destilaba le hizo volar muy pronto del nido, un nido ya por entonces desestructurado tras la separación de Chicho y María. Dani Amatrian tomó el relevo y durante años hizo de manager, padre y confidente de Jorge. Bajo su experta tutela comenzó Lorenzo su andadura en el Mundial.

Con 15 años recién cumplidos, en Jerez 2002, se convirtió en el piloto más joven en debutar en el campeonato. De haber tenido un carácter débil, es probable que no hubiera podido superar lo que vino después. Pero Jorge es una roca. Tras una etapa de aprendizaje en 125 cc, conquistó dos títulos consecutivos de 250 cc (2006 y 2007) antes de que Amatriain le consiguiera la plaza más codiciada para dar el salto a MotoGP, en el equipo Yamaha oficial y junto a Valentino Rossi.

Pese a que la relación comenzó con un muro en boxes, impuesto por su todopoderoso compañero, le bastaron dos temporadas para desquiciar al astro italiano. Rossi acabó emigrando a Ducati después de que Lorenzo se proclamara por primera vez campeón de MotoGP en 2010, sucediendo a Álex Crivillé como el segundo piloto español en ceñirse la corona en la categoría reina. Por aquel entonces, los problemas de adicción de Amatriain habían dinamitado la relación –personal y comercial- con el mallorquín. Lorenzo estaba otra vez solo, sin referentes. Ascendió a labores manager al que durante años había sido su preparador físico Marcos Hirsch, pero con el tiempo también aquella extraña ‘sociedad’ acabó saltando por los aires.

Mientras en la pista le sonreían los éxitos, Jorge continuaba buscando la estabilidad en su entorno. En 2012 llegó el segundo título de MotoGP. Y en el camino hacia el tercero, en este 2015, se ‘topó’ con un rival tan duro y talentoso como él, otro campeón precoz, Marc Márquez, que le superó en la batalla por el Mundial 2013, con solo 20 años, y le arrolló en 2014. Pero ni él consiguió minar su moral.

Lorenzo ha seguido batallando contra viento y marea, incluso contra la inesperada ‘resurrección’ de Rossi en Yamaha, hasta llegar a Valencia dispuesto a sentenciar una temporada en la que ha ido siempre en desventaja. Su fortaleza mental, curtida en tantas decepciones y sacrificios, le ha permitido enfrentarse al desafío, la llamada ‘carrera del siglo’, casi sin pestañear. Y la historia ha tenido esta vez un final feliz. Es tricampeón y tiene con quien compartir su éxito. Su actual representante Albert Valera, su preparador Marc Rovira, su jefe de prensa Artur Vilalta –todos chicos de su generación-, así como su gente de confianza en el box, Wilco Zeelenberg, Ramón Forcada y Juanito Llança, arropan a un Jorge Lorenzo que sigue dando lecciones a sus detractores.