MI VERDAD

Florentino y Mourinho pactan un cese encubierto

Josep Maria Casanovas

DERROTADOS Y DIVORCIADOS. Estaban condenados a terminar así, derrotados y fracasados, o lo que es lo mismo, enfrentados y divorciados. Es la crónica de un final cantado, una comedia protagonizada por dos malos actores. Tanta culpa tiene Florentino Pérez como Mourinho. El presidente, por mantenerlo contra viento y marea cuando sabe desde hace meses el enfrentamiento que existe entre los jugadores españoles y el técnico portugués. Mou es responsable de haber tensado la cuerda hasta límites intolerables dañando seriamente la imagen del club. Peor no podía acabar. Eso sí, no se tiran los platos por la cabeza, prefieren firmar un pacto de no agresión, es decir, un cese encubierto para evitar más escándalos. Aguantará hasta el 30 de junio como entrenador virtual, pero todo el mundo sabe que ya trabaja para el Chelsea y que a partir de hoy Florentino solo hablará con Ancelotti. Para continuar con la comedia, simulan que en el tema económico ambas partes ceden. Mou renuncia a los dos años que le quedan de contrato y el Madrid acepta no cobrar la cláusula de veinte millones que tendría que pagar el portugués si se fuera por decisión propia. Conclusión: el Madrid ha hecho un pésimo negocio con Mou, tanto económico como deportivo. Florentino lo deja caer para salvarse él.

SIN RIVAL Y POR DECRETO. Si el Madrid fuera una empresa multinacional, de esas que cotizan en bolsa, que exigen resultados a sus máximos ejecutivos, cesaría inmediatamente a Florentino como máximo responsable del fiasco de los últimos tres años. La pareja Flo/Mou han llevado al club a sus peores cotas de imagen, los resultados deportivos han sido decepcionantes y la deuda económica ha continuado creciendo. Pues bien, con un balance de pena, Florentino Pérez convoca elecciones casi con rapidez para que no aparezca ningún candidato que le dispute la presidencia. Ganará la reelección a la búlgara, sin rival y por decreto. Quiere asegurarse la continuidad para seguir siendo el rey del Bernabéu, el amo y señor del cortijo blanco. Para un hombre de negocios tan talentoso como Florentino, que ha creado un gran imperio empresarial, debe ser muy triste fracasar una y otra vez en el fútbol por no entender un negocio donde dos y dos no siempre suman cuatro.