Mourinho: las claves de un hundimiento

Mourinho ha dejado de ser intocable en ocho días. Entre el derbi de Manchester y el desplome en Watford la figura del portugués ya es puesta en cuestión.

El Manchester United perdió en Vicarage Road su tercer partido consecutivo y en Old Trafford la preocupación se ha multiplicado.

El primer proyecto del portugués al frenfe de los diablos rojos ha mutado de la expectación a la depresión y la ambición que se respiraba alrededor del equipo ha dejado paso a severas críticas que tienen en el entrenador a su diana preferida.

Pérdida de credibilidad ante sus futbolistas, ausencia de un plan de juego, desacierto en los fichajes o empeño en desviar la atención para restarse responsabilidad son algunas de las claves que se apuntan para explicar el derrumbe de un Manchester United en caída libre.

Los futbolistas empiezan a no creerse el discurso futbolístico de su entrenador

Mourinho se ganó el favor de sus jugadores cuando les anunció que tendrían, fijo e intocable, un día de fiesta a la semana, rompiendo una norma no escrita desde la época de Ferguson, capaz de avisar a la plantilla de madrugada para entrenar... Pero futbolísticamente la situación es distinta.

En la plantilla aumenta el desconcierto ante el discurso de un entrenador capaz de variar su esquema de un día para otro sin dar más explicaciones, elogiar a un futbolista para después ignorarle o preparar un partido con un planteamiento durante tres días y cambiarlo absolutamente al cuarto.

Sucedió en la semana del derbi de Manchester. La alineación del United estaba cantada después de haber jugado con un mismo once en los partidos precedentes y tras comenzar a preparar el choque sin dar pistas a sus hombres de cualquier cambio, a dos días del partido sorprendió con las pruebas de Mkhitaryan y Lingard, que apartaron del once sin más a Mata y Martial.

Pierde apoyos por sus criticas a los jugadores públicamente

La forma en que se sacó de encima a Schweinsteiger no gustó aunque se aceptó por ser parte del juego... Pero la manera en que señala a varios de sus hombres ante la opinión pública está consumiendo la relación en el vestuario.

Tras la derrota frente al City no dudó en señalar a Mkhitaryan y Lingard insinuando que no estaban preparados para jugar un partido de alta exigencia, por más que el armenio se lesionara... Pero después dejó a Rooney fuera del viaje a Holanda sin más explicaciones.

Y después del desastre en Vicarage Road repitió el discurso, sin dar nombres pero entendiéndose que Luke Shaw pudiera ser la última de sus víctimas.

Crece la sospecha de que no tiene un plan de juego prestablecido

Sus últimos meses en el Chelsea, del que fue despedido en diciembre de 2015, evidenciaron ya que además de cambiar futbolistas arbitrariamente, Mourinho variaba los sistemas de juego sin un criterio claro. En el United no es distinto.

Más pendiente del músculo que de la combinación, el portugués ha puesto en el once a Pogba sin tener claro su cometido en el terreno de juego y a expensas del resultado o de la táctica del rival ordena un sistema.

Regular, mal o peor, el United de Van Gaal ofrecía una idea, de la misma manera que Arsenal, Stoke City, Liverpool o Leicester no engañan con unos planteamientos conocidos de antemano... O el Manchester City de Guardiola, claro. De Mourinho es difícil adivinar un cómo. En caso de problemas, balones a Ibra y a ver qué pasa.

Con Pogba al frente, los fichajes no responden a las expectativas creadas

Mourinho ha cambiado la cara del Manchester United con Bailly, Pogba e Ibrahimovic como piezas intocables y la entrada paulatina de Mkhitaryan. Su impacto en el césped no ha respondido a lo esperado.

Después de gastarse 185 millones de euros en fichajes, Rashford salvó a los diablos rojos en Hull y le sacó a flote en Watford. El rendimiento del único canterano de Van Gaal que ha sobrevivido a la barrida de Mou deja más en evidencia si cabe a los llegados, donde destaca de sobremanera el caso de Pogba...

Sin ser el único. A Bailly, llegado desde el Villarreal, le cuesta horrores habituarse al mayor ritmo y juego de choque que hay en Inglaterra y mientras Ibrahimovic oculta con goles una irregularidad latente, los 42 millones pagados por Mkhitaryan empiezan a pesarle como una losa al armenio.

Un discurso quejoso que empieza a ser cuestionado alrededor de Old Trafford

Ha pasado mucho tiempo desde la famosa rueda de prensa del Por qué en Madrid, pero en Inglaterra el discurso quejoso que mantiene Mourinho ya no encuentra portavoces favorables.

Que se justificase en el arbitraje tras perder el derbi de Manchester y repitiera tras caer en Watford, no es ya ninguna novedad por cuanto ya utilizó discursos muy parecidos en sus malos momentos como entrenador del Chelsea.

Y los medios, altavoces de sus palabras, empiezan a poner en cuestión esa forma de actuar, de la misma manera que ocurre con los aficionados.

Ha igualado la peor racha de resultados desde que dirige en la élite

Mou fue fichado por el Oporto en enero de 2002 y un mes después le tocó doble enfrentamiento de Champions con el Real Madrid con un partido de Liga frente al Beira Mar entre ambos. El Oporto perdió los tres partidos y el comienzo de su proyecto en los Dragoes entró en peligro... Aunque lo sacó adelante hasta conquistar todos los títulos en los dos cursos siguientes.

Nunca más atraveso tal racha de resultados el técnico... Hasta este derrumbe con el United, derrotado por un grande, un menos grande y un más pequeño consecutivamente.

El KO en Watford provocó que los números de los diablos rojos empeoren a los de Van Gaal la pasada temporada y que el prestigio de Mourinho siga perdiendo peso en Inglaterra, donde hasta Gary Lineker ha utilizado el humor para denunciar una realidad palpable.

La realidad que mantiene al Manchester United en un laberinto tres años después de la jubilación de Alex Ferguson y que empieza a sospechar que a los fracasos de Moyes y Van Gaal se sume un Mourinho cuya imagen hace tiempo que dejó de ser intocable.