Leyenda Messi

David Salinas

David Salinas

Un partido. El primero de la temporada 2018-19. Es lo que ha necesitado Leo Messi para volver a escribir una nueva página histórica en su currículum. El fuera de serie argentino, contra el Sevilla, en la final de la Supercopa de España, sumó su título número 33 y se convirtió en leyenda al ser el jugador del FC Barcelona con más laureles, superando los 32 de Andrés Iniesta, ahora en el fútbol japonés (Vissel Kobe). El rosarino, con contrato hasta 2021, tiene todavía tres temporadas por delante para incrementar esta descomunal cifra.

Messi, desde que debutó con la camiseta del primer equipo, temporada 2004-05, ha ganado siempre salvo en el curso 2007-08, el quinto y último con Frank Rijkaard en el banquillo. Con Pep Guardiola saboreó 14 títulos, con Luis Enrique Martínez nueve, con Frank Rijkaard cinco, con Ernesto Valverde ya suma tres y con Tito Vilanova y Gerardo Martino ganó uno.

cromos repetidos

El ‘10’ azulgrana siempre ha mantenido que juega pensando en el equipo y los números le dan la razón. Si ha ganado 33 coronas en las 15 temporadas que lleva en el primer equipo es, precisamente, por el juego asociativo que siempre ha defendido y ha practicado. Solo así se explica semejante número de éxitos colectivos, lo que ha llevado a Messi a repetir en todos los campeonatos que ha disputado: 9 Ligas, 8 Supercopas de España, 6 Copas, 4 Champions League y 3 Supercopas de Europa y 3 Mundiales de Clubs. 

Números

De todas formas, ganar tantos trofeos, y tan repetidos, no ha saciado el hambre del fenómeno argentino. Pasan los años y siempre quiere más, siempre compite para mejorar y engordar el palmarés del club y el suyo personal. Sobre un terreno de juego, nunca baja los brazos.

Para conseguir este histórico botín, Messi ha tenido que defender la camiseta del FC Barcelona en 638 partidos oficiales (452 victorias), convertir 552 goles, repartir 212 asistencias y materializar 41 hat-tricks.

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A diferencia de otros jugadores, el secreto de Leo ha sido mantener la humildad con la que empezó. Ni todos los elogios del mundo lo han apartado de su camino y ahí está la recompensa, que acumula de forma constante y sostenida. Y, seguramente, este es el mejor elogio que se le puede hacer a Messi: su regularidad. La constancia y la perseverancia lo han llevado a la cima y, en ella, ha sabido conservar estos valores para permanecer en ella tanto tiempo. Solo así se explica el fenómeno que desató desde su irrupción el 16 de octubre de 2004 en Montjuïc contra el Espanyol (0-1).

marcando época

Haga lo que haga Messi de ahora en adelante, el argentino ha marcado una época en la historia del fútbol. Más allá de los títulos, partidos y goles, sigue brillando por su fútbol desequilibrante, por su exquisito toque y por su privilegiada visión del juego. Nadie como él interpreta este juego y tiene la capacidad y el estatus para “hacer lo que le dé la gana”.

Este es Messi, la leyenda, el jugador que está rompiendo todos los récords, un jugador que a sus 31 años sigue divirtiéndose sobre los campos de fútbol y sorprendiendo a la afición de todo el mundo con acciones imposibles.