Paul Mc Grath es el nuevo campeón de España de marcha. Un joven mitad español mitad escocés. Su Celtic de Glasgow es la marcha y su vida está en el Mediterráneo, donde ya prepara los JJOO de París 2024.
Su familia tiene reservado el apartamento y los vuelos para verle el 1 de agosto en los JJOO de París. Y Paul McGrath, que estudia periodismo, ya tiene escrita en su imaginación la crónica de ese día. “Me gustaría acabar con una sonrisa y viendo a mi familia y a mis amigos”, explica.
Con su nombre parece más un guitarrista de Bruce Springsteen que un marchador.
Sí. Mi padre es escocés y mis abuelos son irlandeses. Mi nombre también es el mismo que un jugador de fútbol irlandés de los años ochenta.
Paul McGrath fue un central en la Eire de Jackie Charlton que hizo un gran Mundial en Italia 90.
Me consta. Lo he visto en youtube, sí, para saber quién era y cómo era. Yo no soy cien por cien español.
Pero sí es cien por cien marchador.
Totalmente. Con ocho o nueve años hacía atletismo y lo primero que hice fue marcha. Nada más llegar me pusieron a andar. Me sorprendió y lo que no sabía es que esta fuese a ser la prueba de mi vida. Pero comprobé que me permitía ser competitivo. En mi primera prueba fui quinto sin apenas haber entrenado. Al año siguiente hacia media hora de marcha los lunes y fui subcampeón de Catalunya alevín.
Y se olvidó de la música irlandesa.
Sí, ya no iba a ser un bajista de los Beatles ni un central corpulento… (risas)
Y también se olvidó de las pintas.
Y eso mi pobre padre, que viene de Escocia, lo lleva muy mal, porque le ha salido un hijo que no puede tomarse ni una cerveza.
¿Eso le ha originado algún problema con él?
No, porque ya lo entiende. Su hijo ha salido así y, a lo sumo, cuando vamos a tomar algo pido agua con gas.
¿Y como le compensa?
Bueno, en verano en la playa, cuando llegan mis vacaciones, sí nos tomamos alguna cerveza. Pero compensar, compensar… Yo no le impido que se tome las cervezas que quiera. Mi madre sí le vigila más.
¿Es buen cervecero?
Es un hombre de Glasgow medio escocés, medio irlandés. Un hombre muy aficionado del Celtic de Glasgow. Si mi vida es la marcha, la suya es el Celtic.
Entonces le gusta más el Celtic que la marcha.
Sí, sin ninguna duda. De hecho, hay problemas fuertes cuando la competición coincide con un partido del Celtic. Pero, desde hace tiempo, lo que hace es ir a verme, silencia los mensajes en el móvil y luego, cuando llega a casa, ve en diferido el partido del Celtic sin saber el resultado.
¿Irá a verle a los JJOO de París?
Hace un año mis padres me preguntaron: ‘Paul, ¿cómo te ves para los JJOO? Nos gustaría ir a verte’. Y, como sabemos que será todo muy caro, les dije que lo mejor que podían hacer era programar las vacaciones de verano en París y si me clasificaba era un viaje menos que tenían que pagar. Y hace un año cogieron un apartamento y los vuelos. Ya está todo pagado y ya que van a a ir a París mejor que me vean.
Porque va a ir.
Todavía no es oficial. Pero tengo la plaza y, si no pasa nada raro, estaré compitiendo el 1 de agosto.
¿Y será medallista?
No creo. Me queda lejos. Tengo mis objetivos que me gustaría cumplir. Pienso más en disfrutar, en cumplir mi sueño de estar ahí. Sé que estaré arriba en el ranking con mis marcas. Pero mi mentalidad no funciona con obsesiones, sino por cumplir objetivos. Mi cabeza es mi punto fuerte.
¿Qué prefiere: conocer a Korzeniowski o a Messi?
Uff, esa pregunta es dura. Prefiero una charla con Korzeniowski pero una foto con Messi. Me he criado yendo al Camp Nou a ir a ver jugar a Messi. Pero Korzeniowski son tres oros olímpicos. Es la única persona que ganó el oro en 20 o en 50. Le preguntaría cómo lo hizo, cómo entrenaba.
Pero esa pregunta también se la puede hacer a Álvaro Martín.
No se la he hecho. Sí le pregunté en qué momento se le ocurrió hacer 20 y 35 en el Mundial de Budapest. Pero 35 no es lo mismo que 50: hacer 15 kilómetros más en una prueba de fondo es un extraterrestre.
Sí, estamos de acuerdo.
Pero está claro que Álvaro es el mejor marchador del mundo con mucha diferencia. Y mira que en España le tenemos a él, a Diego, a Miguel Ángel López… Cuando Miguel Ángel ganó el oro en Pekín yo tenía 13 años.
Podía haber elegido representar a Escocia. ¿Sería más famoso?
No crea. En Reino Unido la marcha se ve menos que en España. Con Tom Bosworth se le ha dado algo más de popularidad últimamente. Pero siempre tuve claro que yo iba a ir con España, que es donde me he criado.
En el Mediterráneo, como la canción de Serrat.
Siempre dice mi padre que lo mejor que le pudo pasar es haberse enamorado de una española que vive en Barcelona. La jugada le salió redondo. Marchó de Glasgow, donde llueve nueve meses al año y los días son muy cortos. Aquí vive estupendamente. Mis padres son profesores de inglés.
Como para no saber inglés.
Imposible.
¿Y qué estudias?
Hace un par de años empecé publicidad. Pero mis profesores me decían que yo tenía que ser periodista. Me encanta el deporte y me gusta contar historias. Me encanta escribir y escribo historias personales. Tengo tiempo para pensar mientras entreno. Redacto. Hago pequeños bocetos.
¿Ha hecho la crónica de los JJOO?
Aún no. Está explicada. Pero falta materializarla en un papel con bolígrafo, lo prefiero a las teclas del ordenador. El bolígrafo me permite transmitir más. Pero cuando pienso en los JJOO me conformo con acabar con una sonrisa y viendo a mi familia y a mis amigos. Con eso a sería muy feliz y voy a por ello. Sé que a partir de ahora queda lo mejor y lo más difícil
