Los 10 motivos que te harán amar correr (A ti, o a tu cuñado el ‘anti-todo’)

Llevas años dándote de bruces con la barrera mental que tú mismo has fabricado contra el ‘footing’, el running o cualquier actividad que sea sinónimo de ‘echar una carrerita’. No cuesta nada reconocerlo, podría ser ese el primer motivo por el que amarás correr, pero no. Primero debes liberar ese prejuicio y salir.

Muchas personas piensan que correr es una tortura y lo entiendo, yo también solía, hasta un buen día: el día que dejé de ver que correr no es un castigo, daño colateral que arrastro de los deportes en edad juvenil. En ese momento y siguiendo un sencillo decálogo de motivos fui poco a poco capaz de amar correr, de estimar ese rato del día y de valorarlo como lo que es: una actividad esencial para progresar.

Los motivos que se presentan de ahora en adelante no son los diez mandamientos, no forman parte de ninguna tabla mágica de salvación ni con ello encontrarás los abdominales perdidos en tu vientre en ‘tan solo una semana’. No. Los 10 motivos que te harán amar correr son un pequeño código que un día descifras y te ayudan a cambiar de actitud. ¡Corre!

1. Empieza desde donde estés.

“Empezaré a correr después de verano que hace mucho calor ahora . Bueno no, mejor un mes antes de Navidad. Aunque bueno, mejor después de las fiestas y me lo propongo como propósito de año nuevo”.

Conoces este bucle. Si estás en él, por favor y por tu bien: ¡sal de ahí!

2. No te compares con otros.

Ese vecino maratoniano no te hace ningún bien si no valora tu esfuerzo inicial. A ti tampoco te vendrá bien mirar sus tiempos, ni su peso, ni su ropa, ni su calzado especializado si crees que en un mes puedes igualarle. Calma, nadie es mejor que nadie, ni peor tampoco.

3. Adéntrate en el ‘mundillo’.

Ese vecino maratoniano sí te hará bien si te ayuda, si te da consejos, si te enseña entrenamientos y si te motiva para que vayas cumpliendo los objetivos que te hayas marcado el día que te iniciaste en este maravilloso mundo.

4. Aléjate del postureo (y de las redes sociales).

Entrena y corre para ti. El objetivo no es maravillar a ese puñado de seguidores que tienes en instagram con tus nuevas ‘zapas’ o tu nuevo reloj con GPS. La gente a la que de verdad importas sabe lo que te propones, incluso puede que hayan sido esas mismas personas las que te hayan animado a hacerlo o te hayan regalado esas zapatillas tan llamativas. Disfruta cada kilómetro, son tuyos.

5. Combina entrenamientos.

Cambia de ruta, cambia la distancia, cambia el ritmo, cambia la actividad. Combina todos los deportes y entrenamientos que puedas. Es una de las claves del éxito de cualquier disciplina deportiva.

6. Aprende a controlar la respiración.

Una de las primeras cosas que notas y escuchas al empezar a correr es tu respiración. Aprender a controlarla es fundamental desde el primer momento. Para ello, el método más sencillo y útil es el ideado por Budd Coates, ex atleta y entrenador descomunal. Coates expone que la correcta respiración se basa en inhalar en tres pasos y exhalar en los dos siguientes, por ejemplo: izquierda-inhalar, derecha-inhalar, izquierda-inhalar, derecha-exhalar, izquierda-exhalar,…

7. Escucha tu cuerpo.

Pero…¿esto no es lo del anterior punto? No. Escuchar a tu cuerpo es conocer las señales que te envía cuando entrenas o finalizas un entrenamiento. Escuchar al cuerpo es dar importancia a esos avisos o amagos de tirón muscular, enfriamento al iniciar el entrenamiento, etc. Sé precavido.

8. Mantén la rutina y autoevalúate.

Sé constante en el trabajo y márcate pequeños objetivos que puedas ir cumpliendo y que sirvan como impulso para llegar al objetivo principal que te hizo dar la primera zancada. La autoevaluación del trabajo también es una de las claves, si es sincera: utiliza el método del semáforo (rojo, verde o ámbar) para evaluar tu entrenamiento.

9. Todo es una cuestión de esfuerzo.

Disfruta todos los días que salgas a correr llueva o nieva, hayas tenido mejor día o peor. Disfruta el rato, es tu momento y esfuérzate en que así sea.

10. Sé paciente, todo llega.

Los resultados no son inmediatos, necesitaras armarte de paciencia para alcanzar tu objetivo, pero si es real y asumible, tenlo claro: llegarás a él.

Simplemente tienes que disfrutar del camino…¡y correr!


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