Antonio Serrano ha logrado reciclar a un atleta como Fernando Carro que parecía perdido para la causa en los 3.000 obstáculos y que, a los 32 años, se ha colocado en 8’18”
Ahora, la clave es no perder tantos segundos en la última vuelta. Pero la confianza en esto de saltar vallas ha vuelto para Fernando Carro a los 32 años cuando se temía que ya no volviese más. El jueves en el meeting de Marsella hizo 8’18″30, una marca que no sólo lo llevará al Europeo de Roma. También lo licencia para pensar en los JOOO de París y tomarse la revancha de lo que le pasó en Río 2016 y en Tokio 2021, donde la suerte fue una estafa.
Porque ahora sólo hay que pensar en positivo. Fernando Carro está viviendo una segunda juventud tras varios años buscando su sitio. No ha sido fácil. Pero en la adversidad la magia fue la paciencia y el valor para tomar decisiones como la de separarse de Arturo Martín, el entrenador de sus tiempos gloriosos. Y no por nada sino porque llega un momento en la vida en el que a veces se necesita un cambio. Y en ese viaje Fernando se atrevió a decírselo a Arturo. Y sería duro. Tuvo que ser duro.
Desde septiembre, trabaja con Antonio Serrano, un entrenador de 59 años, un íntimo amigo de Arturo Martín con el que tantas veces ha coincidido en reconocer que “los atletas no son de nadie” y que lo que hoy te pasa a ti mañana me puede pasar a mí. De hecho, a Antonio también se le han ido atletas y lo ha aceptado con deportividad.
La realidad es que con Antonio Serrano Fernando Carro ha ido despacito y con buena letra. “Ha hecho muy buena base aerobica este invierno en la que volvió a grandes campeonatos como el Europeo o el Mundial de cross”, explica el entrenador. ” Él se ha adaptado a mi método en el que, al final, todo consistía en recuperar la confianza”. Y esto no ha sido como poner un día la lavadora, “sino que ha durado todo el invierno en el que cada semana era mejor que la anterior”.
En el grupo, nadie se plantea si Fernando Carro volverá a ser el jefe español de los 3.000 obstáculos. No parece fácil porque Dani Arce ha asumido ese cargo con naturalidad. Pero a Antonio Serrano tampoco le gusta ese debate.
“Yo analizo el camino que es la única forma de llegar a los resultados. Hasta ahora, Fernando ha trabajado poco con las vallas. Muy poco. Pero desde el primer día que hicimos las series con vallas, ha mejorado mucho. Y esa confianza es la que nos dirá hasta dónde se puede llegar”.
Marsella ha sido el escenario en el que se ha rodado la última película. “En esta tercera carrera, Fernando se ha encontrado mucho más cómodo. Pero no se ha acabado nada porque ahora hay que seguir avanzando para correr mejor entre valla y valla. Y luego serán los resultados los que digan si hemos acertado. Pero hay que esperar porque la temporada al aire libre acaba de empezar”.
En cualquier caso, aquí no hay lucha de egos entre entrenadores sino de momentos. Ni Antonio es mejor ni peor entrenador que Arturo. Pero a Fernando Carro, después de tantas adversidades, le hacía falta un cambio para volver a coger aire. Y no siempre es fácil acertar. Por eso hay que celebrar las veces en las que se consigue.
