La vida da muchas vueltas y sino que se lo digan a Fabio Aru. El ciclista italiano que hasta finales del año pasado figuraba en la selecta lista de ciclistas mejor pagados del mundo, es el claro ejemplo de lo muy complicado que resulta mantenerse entre la élite.
El ciclista sardo, que en 2015 y con apenas 25 años ganaba la Vuelta a España y finalizaba segundo el Giro de Italia, estaba llamado a coger el testigo de Vincenzo Nibali como el gran embajador “azurro” para las grandes vueltas.
Una facilidad innata para la escalada y una gran capacidad de recuperación le valieron en 2017 para firmar uno de los contratos más altos de la historia del ciclismo. El por entonces recién llegado equipo de los Emiratos Árabes, buscaba un gran líder para seguir creciendo, y los petrodólares sedujeron rápidamente a un Aru que dejó el Astana, tras una temporada en la que ganó el campeonato nacional, vistió el maillot amarillo del Tour de Francia y finalizó en quinta posición la “grande boucle”.
3 años de contrato a razón de 2,6 millones de euros por temporada. Una cifra alta, pero “razonable” para un tipo que estaba llamado a ganar grandes vueltas.
4 años después de firmar dicho contrato la situación actual de Fabio es completamente distinta. En ninguna de las 3 temporadas rindió al nivel esperado. Inoportunas lesiones, problemas personales y un sinfín de pequeños contratiempos le llevaron a ser objeto constante de grandes críticas.
El contrato con el Team UAE expiró el pasado 31 de diciembre y con él los más de 7.000 euros diarios que ganaba el italiano.
La situación era bastante surrealista. Todo un ganador de Vuelta a España parecía no encontrar acomodo en el World Tour. El equipo de Matxín, evidentemente no le ofrecía la renovación y ningún equipo realmente potente quería confiar en un ciclista tan “apagado” con apenas 30 años.
Finalmente, y a última hora el surgió la opción del Team Qhuebeka Assos. Un equipo prácticamente desaparecido que con la entrada de Assos conseguia “sobrevivir” un año más en la máxima categoría del ciclismo profesional.
Aru, sin muchas más opciones, firmó con el equipo sudafricano por una temporada. Una oportunidad más, para un ciclista que tiene ante sí la última bala en la recámara para demostrar que todavía puede estar entre los mejores.
El espigado escalador es consciente de la situación y buena prueba de ello es que ya lo hemos visto competir y “embarrarse” en carreras nacionales de ciclocross.
Ver esta publicación en Instagram
Una especie de vuelta a los orígenes para un ciclista que busca reencontrar sensaciones competitivas en una de sus disciplinas favoritas.
El italiano que compitió como “ciclocrossman” a excelente nivel en categorías inferiores, busca reencontrarse con uno mismo. Un camino largo pero indispensable para alguien de su nivel.
Mientras que a algunos se les caerían los anillos, nuestro protagonista no tiene ningún problema en competir por 35 euros (premio en metálico que recibió la semana pasada al finalizar octavo un ciclocross local) y recorrer en coche medio país para colocarse un dorsal.
Desconocemos que será de Fabio Aru en esta nueva e importante temporada, pero lo que parece claro es que todo el mundo debería aplaudir su valentía y su pundonor. No nos olvidemos que estamos ante deportistas de carne y hueso y que seguir adelante cuando las cosas no van como a uno le gustaría es lo que diferencia a los “mediocres” de los campeones.
Forza Fabio!
