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Así afecta correr un maratón a las neuronas del cerebro

como afecta al cerebro el maraton

Correr un maratón no solo afecta a tus músculos, sino que también cambia tu cerebro. Esta es la conclusión a la que ha llegado un estudio realizado en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y que permitirá a los científicos, entre otras cosas, avanzar en la lucha contra ciertas enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple.

Según han podido comprobar, resulta que en los momentos de máxima necesidad, los músculos buscan energía hasta debajo de las piedras.

Correr una maratón requiere de un alto consumo de energía que además, dura mucho tiempo. En ese momento los hidratos de carbono son la principal fuente de combustible, pero según se van acabando las reservas, el cuerpo usa la grasa almacenada como fuente de energía.

Pero, ¿y si no hay suficiente grasa en nuestro cuerpo para seguir corriendo? En ese caso, según han descubierto los investigadores, el organismo utiliza la grasa de células que nada tienen que ver con los músculos, como las de las células nerviosas.

De manera más específica, cuando corremos una maratón y nuestros músculos están al límite, el cuerpo recurre a la energía que contienen las neuronas. O mejor dicho, recurre a la mielina que recubre los axones de las neuronas y que es esencial para la comunicación de este tipo de células.

Como apunta el catedrático de la UPV/EHU Carlos Matute: “los resultados de nuestro estudio indican que las células nerviosas en condiciones de hipoglucemia (poca glucosa) echan mano de fuentes de energía alternativa, como es la mielina, una estructura grasa que envuelve los axones o fibras nerviosas que comunican las neuronas y facilita la propagación ultra rápida de las señales eléctricas”.

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¿Correr el maratón nos convierte en estúpidos?

La respuesta más directa y sencilla es que NO. Hace ya muchos años que se desmintió el mito de que en el cerebro no se forman nuevas neuronas. Igualmente se sabe que usamos el 100% de nuestro cerebro, no como dice el bulo que afirma que solo usamos el 10%. Pues bien, resulta que esta especie de “daño en las neuronas” es temporal y que al poco tiempo de correr una maratón o realizar un esfuerzo prolongado, las neuronas vuelven a su estado normal.

“Es un proceso reversible ya que la cantidad de mielina se normaliza con el descanso, tras la demanda extraordinaria de energía; pero si se prolongase en exceso podría tener implicaciones funcionales para el cerebro”, explica el profesor Ikerbasque de CIC biomaGUNE Pedro Ramos Cabrer.

Escaner cerebral de corredores de maratón

Para llegar a estas conclusiones los investigadores realizaron resonancias magnéticas a los cerebros de varios corredores de maratón, tanto antes como después de la carrera e incluso dos semanas más tarde.

Entre 24 y 48 horas después de la carrera, el equipo observó una reducción de la cantidad de mielina en el cerebro. Mientras que al cabo de dos semanas, los niveles de mielina se habían normalizado.

Ya se sabía que el cerebro consume alrededor del 20% del uso energético total del cuerpo humano. Sin embargo, este uso de la mielina como combustible cerebral abre una nueva visión sobre los requerimientos energéticos del cerebro y el rendimiento de los deportistas en particular”.

Investigación contra enfermedades neurodegenerativas

Como apunta Ramos Cabrer, “estos resultados, que hay que corroborar con más casos, abren unas líneas de investigación que podrían incluso llegar a relacionar las enfermedades neurodegenerativas con alteraciones en el metabolismo energético y abrir nuevas vías para el tratamiento de estas enfermedades. Es una línea de trabajo novedosa, rompedora y que promete muchísimo”.

Por su parte, Matute explica que este estudio es muy importante “para la comprensión de las enfermedades desmielinizantes como la esclerosis múltiple, en las que la desaparición de la mielina y, por tanto, de su aporte energético a los axones, deja a éstos desnutridos facilitando el daño estructural y la degeneración”.

Además, el envejecimiento de la mielina con la edad tiene efectos negativos para las funciones cognitivas, y pueden contribuir al inicio y agravamiento de las enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer.

Yendo un paso más allá, los resultados de este trabajo abren nuevos horizontes sobre el papel energético en el cerebro de la mielina sana, envejecida y enferma.

El estudio demuestra que la mielina se gasta con el ejercicio y se puede reponer con el descanso de forma natural. Como apunta Matute, “En enfermedades como la esclerosis múltiple y la enfermedad de Alzheimer la cantidad de mielina y su calidad disminuyen por causas diversas en cada patología, y no se recupera espontáneamente. Por lo que sería necesario intervenir temprano, al inicio de dichas enfermedades, o de forma preventiva, con objeto de reducir el deterioro progresivo de la mielina, bien con una dieta ad hoc, o con fármacos que potencien su uso como fuente de energía y su reposición durante el descanso”.


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