Un  contragolpe de libro al comienzo del segundo periodo bendijo la medida tomada por  Quique Flores, que agazapó a su gente en su mitad de campo a la espera de un robo como el que perpetró Soumaré para desplegarse con sus atacantes y ponerse de gol en tres toques,  Lamela a En-Nesyri, pared con Ocampos y el marroquí marcaba el 2-0.