“En la primera parte ellos estuvieron mejor y nosotros no estuvimos bien porque nos apretaban en determinadas zonas y nuestro ritmo era muy lento, no lográbamos llegar a la portería rival”. Esta era la reflexión que hacía Ernesto Valverde después del clásico de Copa del Rey del miércoles contra el Real Madrid. El técnico extremeño era consciente de que su equipo, sobre todo en la primera mitad, había estado muy lejos de lo que se espera de él. Sin ser capaz de dominar el juego, sin llevar la iniciativa, sin apenas generar peligro y bastante débil en el apartado defensivo. Mejoró el Barça en los segundos 45 minutos, no ostensiblemente, pero sí lo suficiente como para despojarse de la presión que había estado ejerciendo el cuadro blanco sin acierto en el primer tramo.

La hora de recuperar el control del juego (leer noticia)