La derrota en Amberes agrandó todo el ruido que hay alrededor del Barça. Quizá hablar de estado de crisis profunda es aún algo precipitado, pero la preocupación respecto a la situación del equipo va en aumento. El envite en Bélgica debía servir para recuperar sensaciones e ingresar 2,8 millones de euros. Nada más lejos de la realidad. Tras el pitido final, la tensión se disparó.

La línea a seguir en el vestuario del Barça tras el KO en Amberes (leer noticia)