En Turquía, el fútbol, como la política, sigue dejándonos capítulos para olvidar. De la invasión de campo de la afición del Trabzonspor para agredir a jugadores del Fenerbahçe a las amenazas del presidente del Ankaragücü a un árbitro. En el país otomano el fútbol tiene estas cosas. La última polémica, lo que está sucediendo en la previa de la Supercopa que disputarán Fenerbahce y Galatasaray, los dos equipos más grandes de Turquía.

Sigue el escándalo en Turquía: "No queremos que los aficionados vengan" (leer noticia)