Llega la tierra de Rafa Nadal

Nadal quiere seguir haciendo historia sobre la tierra batida

Nadal quiere seguir haciendo historia sobre la tierra batida / EFE.

David Boti

David Boti

Una vez más. Vuelve la tierra batida. Vuelve la competición a Europa y todas las miradas se centrarán en el regreso de Rafa Nadal a la competición. Desde mediados de abril hasta principios de junio el calendario acumula la mayor parte de torneos sobre el polvo de ladrillo y el balear se siente como pez en el agua en este tramo de la temporada. Eso sí, este año, el reto es de envergadura.

En 2017, el número uno del mundo fue capaz de ganar cuatro de los cinco torneos que disputó sobre superficies lentas. El Masters 1.000 de Monte Carlo, el Barcelona Open Banc de Sabadell, el Mutua Madrid Open y Roland Garros. Solamente un tropiezo fortuito. Y fue en el Masters 1.000 de Roma, justo antes de la llegada del segundo ‘grande’ del año. Se quedó muy cerca del pleno.

En total, Nadal deberá defender 4.680 puntos, más de la mitad de su ranking. Y lo tendrá que hacer tras estar dos meses alejado de la competición por una delicada lesión en el psoas ilíaco de su pierna derecha que arrastraba desde el pasado Abierto de Australia y que le impidió disputar tanto Acapulco como los dos primeros Masters 1.000 de la temporada en Indian Wells y Miami. 

primera prueba

Sin apenas rodaje de competición y tras recuperarse en su tierra natal, la eliminatoria de Copa Davis ante Alemania de este próximo fin de semana se convierte en el mejor escenario posible para ultimar su puesta a punto ante la exigente gira que se le viene encima. Entrenamientos de alto nivel y duelos ‘top’ durante dos días, ya que se da por descartada su aparición en el dobles del sábado. Sergi Bruguera cuenta con él entre los cinco elegidos y el balear volverá a defender los intereses del combinado español tras y medio de ausencia. A pesar de ello, su compromiso es innegable y afronta esta cita como un niño con zapatos nuevos. Rafa acumula un balance casi de récord: 22 victorias en 23 partidos individuales.

Tras la competición por países, Nadal ya solo pensará en sus cinco próximos capítulos terrícolas. Junto a Carlos Moyá y ya sin su tío Toni, por primera vez en 27 años, el balear quiere volver a dar un golpe de autoridad en el tramo de la temporada que más le favorece. Y lo quiere hacer con una receta renovada que confesaba su nuevo entrenador hace pocos días en Italia. “Tenemos que encontrar el equilibrio para volver a ganar partidos y torneos pasando menos horas en la pista, pero con más calidad. Debemos ser más agresivos para que los puntos y, por tanto, los partidos, duren menos y le produzcan menos desgaste. Eso sí, hay que conseguir que aumente su agresividad en la pista sin perder su excelente técnica de golpeo, lo que no es fácil, pero él se fía mucho de su equipo y nos sigue en todo lo que le sugerimos”, admitía Moyá. Seguir creciendo explorando nuevos caminos que le permitan continuar siendo el rey.

aires de cambio

Ni Roger Federer ni Andy Murray pisarán una pista de tierra batida esta temporada. El suizo prefiere descansar para preparar a conciencia la gira sobre hierba, ya que defiende título en Halle y Wimbledon. Por su parte, el escocés continúa recuperándose tras su operación de cadera en enero y no volverá a competir hasta el Libéma Open, prácticamente, un año después de su 'parón'. El que sí estará será el otro componente del 'Big Four', un Novak Djokovic que, lejos de su mejor versión, quiere dejar atrás un inicio de 2018 para olvidar mermado por las lesiones. Y justo ahí, es donde empiezan a asomar la nueva hornada de tenistas llamados a sucederlos. Alexander ZverevGrigor Dimitrov, Dominic Thiem y el asturiano Pablo Carreño son algunos de los nombres, pero Nadal está preparado para frenarlos sobre la tierra batida. Su tierra.