Cristina Gutiérrez: Fiebre y arena

Cristina Gutiérrez posó para SPORT

Cristina Gutiérrez posó para SPORT / Cristina González

Carme Barceló

Carme Barceló

Sangre y arena. Le robo el título a Vicente Blasco Ibáñez y le sumo la fiebre que no consiguió dejar KO a una mujer que ha vuelto a hacer historia en el Dakar. Sangre caliente es la que corre por sus venas y la que le da fuerzas para superar todo tipo de adversidades. Conocerla es quererla. Crsitina Gutiérrez es de las que ve el vaso medio lleno incluso cuando lo vuelca. Ella, con su ‘bicho -así llama a su todoterreno- y su copiloto Gabi Moiset se iría mañana mismo al fin del mundo.

En distancias más cortas, Cristina es igual de fuerte y confiada. “Ha sido un Dakar muy duro -reconoce- pero he llegado al final gracias a mi fuerza mental. Cuando el físico se va desgastando, es lo que me aguanta: cabeza fría, plena y fuerte”. Recuerda la penúltima etapa, “cuando pensábamos que iba a ser más sencilla y fue más de lo mismo. Me tuve que tirar agua por la cabeza y por todo el cuerpo para superar la ‘pájara’. Suerte que Gabi siempre está ahí. Somos diferentes, el ‘ying’ y el ‘yang’ pero nos compenetramos muy bien. Es padre, psicólogo y amigo, todo según el momento. Es aplomado, me sabe controlar y me espabila.

Dormir tres horas en cinco días es duro. Y pasar la gripe junto a un ‘latigazo’ cervical, ni te cuento”. A Cristina no le hace mucha falta que la animen. Es positiva de base y “tengo mucha capacidad de sufrimiento cuando compito. En mi vida normal soy incapaz de estar 4 días sin dormir pero la adrenalina del Dakar te aguanta”. Vivir en un mundo de hombres la hace estar “en el punto de mira de la gente. Me tratan muy bien y me siento respetada pero las mujeres siempre tenemos que demostrar más”. Brava, Cristina.