El derbi de las alas cortadas

Lokomotive y Chemie han vivido prácticamente en el infrafútbol en este siglo

Cuando el Red Bull Leipzig irrumpió en la ciudad para desafiar a sus clubes históricos nadie podía siquiera intuir su crecimient

Jugadores y afición del Chemie Leipzig

Jugadores y afición del Chemie Leipzig / @bsg_chemie_leipzig

Roger Xuriach

Roger Xuriach

Dos subcampeonatos de liga (16-17 y 20-21). Dos subcampeonatos de copa (18-19 y 20-21). Una semifinal de Champions (19-20). Y otra de Europa League (la del pasado jueves). Nadie discute al RB Leipzig como el motor futbolístico de la ciudad más grande de Sajonia, a 120 km de su capital, Dresde. Sin embargo, no hace ni 13 años, concretamente el 27 de septiembre de 2009, este club era poco menos que un intruso.

Aquel día el 1. FC Lokomotive Leipzig, el equipo más antiguo de la ciudad –así lo recuerda el ‘1’ de su denominación–, viajaba al Zentralstadion, allí donde en 1956 se citaron 100.000 espectadores para un duelo contra su anfitrión, el SC Rotation. En esta ocasión, sin embargo, aguardaba un club creado cuatro meses atrás por una compañía de bebidas energéticas austriaca. Técnicamente el estadio era otro, reconstruido para el Mundial de 2006; también su nombre: Red Bull Arena. ‘¿Pero qué se habrán creído?’, pensaron los hinchas. El primer derbi entre el RB Leipzig y el FC Lok terminó con goleada local (3-0). Una temporada le bastó al nuevo club para quedar primero en la NOFV-Oberliga y subir a la Regionalliga, la cuarta división, donde en la 12-13 volvería a coincidir con el Lokomotive. Y como la cosa, según los anuncios de Red Bull, iba de alzar el vuelo, en 2016 ya se había instalado en la Bundesliga.

El ascenso meteórico de los ‘Toros’ contrasta con las penurias que atraviesan no solo el 1. FC Lokomotive, club nacido en 1893 pero refundado y rescatado por su hinchada en 2004, cuando se llamaba VfB Leipzig; también el BSG Chemie, creado en 1950 y heredero del histórico Britannia Leipzig. Ambos equipos escenifican la rivalidad natural –y no artificial– de la ciudad, aunque esta empezó a perder fuelle tras la reunificación alemana.

Para el Chemie los días de gloria se circunscriben exclusivamente al período de la Guerra Fría, cuando salió dos veces campeón de la DDR-Oberliga, la liga profesional de la RDA, un hito que, sorprendentemente, se le resistió al 1. Lokomotive Leipzig, orgulloso primer campeón de liga alemán (1903) y ganador de otros dos campeonatos nacionales (1906 y 1913). Al calor de una urbe con mucha tradición balompédica –ahí se creó, en 1900, la Federación Alemana de Fútbol (DFB)–, en los 50 también apareció el SC Rotation, un club con mucho músculo social vinculado a la industria poligrafica que aportó nuevos matices al mapa futbolístico de la región.

A ninguno de los tres le fue bien a partir de los 90. Desde que la Oberliga pasó a mejor vida y el fútbol alemán se reorganizó sufrieron bancarrotas, disoluciones y refundaciones traumáticas. Se acabaron los títulos (Leipzig festejó seis copas entre 1957 y 1987). El Rotation se perdió entre fusiones, mientras que el FC Lok y el Chemie fueron relegados a segunda. Solo el primero alcanzó una vez la Bundesliga. Fue en la 93-94, tras la que volvió a bajar con apenas tres pírricas victorias.

Lokomotive y Chemie han vivido prácticamente en el infrafútbol en este siglo. Tras reiniciar ambos su actividad desde el undécimo escalón del sistema de fútbol germano, el primero no se ha movido de Regionalliga Nordost, la cuarta división, desde 2016, mientras que el segundo ascendió la pasada campaña. Celebraron ambas hinchadas la recuperación del gran derbi, un duelo pasional y no exento de incidentes que en la primera vuelta se llevó el Lokomotive por la mínima (1-0). Para el segundo asalto los dos llegan con la permanencia sellada y, por lo tanto, con la continuidad de la rivalidad asegurada.

Cuando el Red Bull Leipzig irrumpió en la ciudad para desafiar a sus clubes históricos nadie podía siquiera intuir su crecimiento. Tampoco Marco Rose, técnico por aquel entonces del FC Lok, quien en 2013 sucumbiría a los encantos de la multinacional y se integraría en su academia. El RB ya es un monstruo capaz de hacer sombra a casi todo lo que ocurre deportivamente en Leipzig, una de las ciudades más prósperas de la región.

Por eso el Chemie-Lokomotive es, sobre todo, la celebración de una rivalidad unida por la resistencia. Un partido que se disputará alejado de los focos pero no de la grandeza del pasado, pues mucho antes de que una propiedad extranjera hiciera crecer de la nada al odiado –pero estimulante– casi finalista de la Europa League, la ciudad ya había dejado su impronta futbolística en el Viejo Continente: el Chemie se coló en la ronda previa de la Copa de Europa 64-65, mientras que el Lokomotive alcanzó las semis de la UEFA 73-74 y perdió la final de la Recopa 86-87 ante el Ajax. Fue la última vez que un conjunto de la RDA llegó a una final continental. Nadie podía imaginar entonces que en Leipzig el capitalismo salvaje se acabaría apoderando del balón. 

CHEMIE-LOKOMOTIV

LEIPZIG

51°20’24’’N 12°22’30’’E

Población

597.493 habitantes

País

Alemania

Distancia entre estadios

11,4 km: del Alfred-Kunze-Sportpark (aforo, 4.999) al Bruno-Plache-Stadion (aforo, 10,900)

Hat-trick de consejos

CÓMO LLEGAR

No hay línea directa a Leipzig desde la península por lo que lo más sencillo es hacer escala en Múnich o Frankfurt. Otra alternativa es viajar a Palma de Mallorca, desde donde Eurowings y Condor ofrecen vuelos directos.

QUÉ VISITAR

La ‘ruta de la música’ recorre 23 puntos del centro de la ciudad. Sigue las indicaciones que hay en el suelo y descubre por qué en Leipzig vivieron, trabajaron y/o murieron compositores de la talla de Bach, Mendelssohn, Schumann o Wagner.

DÓNDE SALIR

Como en buena parte de Alemania, la vida noctura tampoco te decepcionará en Leipzig. Por si acaso topas con algún reducto de hinchas nostálgicos del FC Lok, evita pedirte un Red Bull en el Drallewatsch, la zona de bares y discotecas por excelencia de la ciudad.

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Hoy, 07.05.2022 (14:30 h)