La ilusión invade el Pizjuán

Siguen soñando con los ojos abiertos en Nervión. Viendo las últimas temporadas, pocos podían imaginar que, a falta de siete encuentros la clasificación para la Champions estaría virtualmente sellada (le sacan 15 puntos al quinto) y que el Sevilla estaría más vivo que nunca en la lucha por la liga. Seis unidades separan a los de Lopetegui del Atlético de Madrid. Es difícil, sí, pero no imposible. El último partido ante la Real Sociedad es prueba de ello. El cuadro andaluz se supo reponer del tanto inicial del exsevillista Carlos Martínez y con la dificultad que conlleva asaltar el Reale Arena, consumar una remontada que supo a gloria.

Y es que los números hablan por sí solos. Este curso estamos viendo el mejor Sevilla de la historia en liga. Nunca antes en la jornada 31 se habían logrado 64 puntos. Pero ojo, esto no se consigue solo. Hay muchísimo trabajo futbolístico y psicológico detrás. Lopetegui ha sido capaz de formar una de las plantillas más compensadas de la competición, sabiendo tener a todos los integrantes enchufados. Un Bono en estado de gracia que incluso se atreve a meter goles. Una dupla defensiva formada por Koundé y Diego Carlos que da miedo. Fernando, un portento físico, en el centro del campo, el pulmón del equipo. Y En-Nesyri, que desde su llegada hace poco más de un año al Pizjuán, ya ha anotado 28 tantos en todas las competiciones. Pero además, sabe mantener metidos mental y físicamente a los suplentes para cuando sea necesario, ser determinantes en los momentos clave. Restan 21 puntos en juego y en el fútbol todo es posible. En Sevilla la ilusión nunca ha faltado... y ya lo cuenta su himno. “Dicen que nunca se rinde”.