Busquets y su ecosistema ideal en la Roja

Sergio Busquets es otro en la selección española. El rictus de sufrimiento que tiene últimamente en los partidos con el FC Barcelona se transforma en una sensación de estar realmente disfrutando cuando juega en la Roja. El capitán está acusando como la mayoría la inestabilidad en todos los aspectos que rodea al conjunto azulgrana, a diferencia del ambiente cargado de positivismo que se encuentra en la selección de Luis Enrique.

Busquets es el líder indiscutible de la Roja dentro del campo. Fuera es Luis Enrique y todo el mundo tiene claro su rol. El centrocampista es la pieza angular del juego de la selección y contagia a sus compañeros. Su liderazgo se plasma en ponerse al frente en los entrenamientos, partidos y tomar siempre iniciativas encaminadas a fomentar la unión en el grupo.

Sergio llega a la selección con una motivación muy alta por el respeto que siente dentro de la Federación y la responsabilidad que asume. "Es nuestro capitán por los valores que transmite y en el campo es un gusto verle jugar. Es nuestro pilar en el juego de ataque y defensa", resumió Luis Enrique tras el partido ante Francia.

El 4-3-3 ideal

Busquets no se ve inmerso en mil crisis internas como las que hay en el Barça y está respaldado por un entrenador que nadie discute. Además, el técnico apuesta por un sistema de juego que le va a las mil maravillas: el 4-3-3 con el que creció en las categorías inferiores del FC Barcelona. No hay cambios. Siempre es el único pivote del equipo. Ni que juegue Rodri, del Manchester City, será éste quien se mueva a un interior. Busquets siempre está mandando en el centro.

Por si fuera poco, Busquets juega con la tranquilidad de saber que todo el equipo correrá para cubrir huecos y que la solidaridad en el campo será máxima. Con una organización clara y un sistema totalmente definido, todo es más fácil.

Sergio regresa ahora al Barça con enorme confianza, el trofeo de mejor jugador de la Nations League y con el reto de ayudar al alicaído conjunto azulgrana. Con Gavi a su lado y probablemente también Pedri, el horizonte puede estar más despejado.