Reus se vuelca con su equipo en la rúa del ascenso a Segunda A

Los integrantes del CF Reus festejaron por todo lo alto el éxito ratificado el pasado domingo ante el Racing. La ciudad salió a las calles para vitorear a Natxo González y sus jugadores, artífices de un ascenso histórico en el centenario club rojingero.

"Abrochaos los cinturones porque nos esperan muchas emociones", dijo desde el balcón del Ayuntamiento el técnico vitoriano, emocionado por los gritos de  "¡ari ari ari, Natxo lehendakari!" por parte de los incondicionales. "No les hagas caso y quédate muchos años", le dijo jocoso el consejero delegado del Reus, Joan Oliver.

Los cánticos y mensajes de agradecimiento se sucedieron en un final de fiesta animado sobre todo por el capitán Álex Colorado y el que lo fue antes de colgar las botas, Jaume Delgado. Antes, el presidente del club, Xavier Llastarri, visiblemente eufórico, recordó a los presentes que estaban aquí "porque hemos subido a la Liga adelante y porque vosotros -la afición- sois cojonudos".

Hubo momentos especiales, como cuando el portugués Eliseu Cassamá se dirigió al público íntegramente en catalán. O cuando el goleador Édgar Hernández utilizó uno de los lemas de esta fase de ascenso: "Juntos la hemos líado y juntos la vamos a liar en Segunda A".

"Ha sido un orgullo venir a este equipo. Habéis demostrado que sois la mejor afición de Segunda B y ahoratenéis que demostrar que sois la mejor de Segunda A", dijo Aritz López Garai, a quien la afición rojinegra le pidió que se quedase. Igual que a Álex Colorado y a Dinis, algunos de los futbolistas sobre los que se rumorea que podrían irse. Pero era un día de fiesta que había que vivirla intensamente, desde que se inició la rúa hasta que concluyó, pasadas las 22.00 horas, en la Plaça del Mercadal.

Ofrenda floral

La celebración se inició con una rúa rodeando el centro histórico, en lo que se conoce como el 'tomb de ravals'. Antes, los integrantes de esta comitiva pasaron por el santuario de la Mare de Déu de Misericòridia para ofrecer el ascenso a la patrona de la ciudad, depositando un ramo de flores en el altar.

Tras el paseo por las calles, la plantilla se apeó del autocar descubierto para dirigirse a la Plaça Prim, donde recibió el primer baño de masas ante la estatua del General. Después, la comitiva se dirigió a la Plaça del Mercadal, donde fue escoltada en la entrada del Ayuntamiento por dos pilares levantados por los castellers de Reus.

Ya dentro del consistorio, tuvo lugar un intercambio de obsequios entre la directiva y el alcalde, Carles Pellicer, quien accedió a la petición de los futbolistas de que se pusiera -solo unos segundos- la camiseta rojinegra. Fue la parte más formal de una celebración por todo lo alto que continuó en el balcón, al calor de una afición que ha visto cómo Reus será ciudad de Segunda A.