Nadal asusta en su regreso a Roland Garros

X. Serrano

Será el efecto revulsivo de Roma o el hambre por conquistar su 12ª Copa de los Mosqueteros, pero Rafa Nadal debutó en Roland Garros de forma torrencial. El manacorí venció al semidesconocido Yannick Hanfmann, procedente de la previa y número 180 del ránking ATP, por 6-2, 6-1 y 6-3 en 1 hora y 57 minutos de partido. 

Pese a la incontestable y esperable derrota, dejó buen sabor de boca el aguerrido alemán, víctima 87 en los 89 partidos de Nadal en el Grand Slam parisino. El balear no dio opciones: rapidísimo en el juego de pies, certero en su vasto repertorio de golpeos e intimidador en el servicio directo. Tan solo en los primeros compases del duelo se pudo ver algún atisbo de duda en el manacorí. En parte por la diferencia de ritmo, en parte por mérito de Hanfmann

El alemán arrancó con descaro, mostrando destellos de calidad y planteando a Rafa más problemas de los esperados. Aunque fuera solo un espejismo, el tenista de Munich obligó al manacorí a salvar cuatro bolas de 'break' en el juego inicial. Contuvo la sorpresa inicial el balear, para romper el saque de Hanfmann a la segunda oportunidad y rubricar su escapada en un tercer juego arrollador.

Con 3-0 en contra, el germano tiró de su enorme envergadura para defender sus dos siguientes saques. Exhibió potencia desde el fondo de la pista, pero no pudo evitar verse totalmente desbordado por un Nadal cada vez más cómodo. Dinámico de piernas y certero en el remate, el manacorí preservó su servicio con autoridad y aprovechó la primera bola de set para facturar la primera manga en 38 minutos. 

Torrencial, Rafa descorchó el segundo set con un juego en blanco, incluyendo dos 'aces' consecutivos. Incontenible, el manacorí volvió a romper el saque de Hanfmann a las primeras de turno para situarse 3-0 en el marcador. También como en la primera manga, el germano cortó la sangría defendiendo su segundo saque pero acabó cediendo el tercero ante el dominio incontestable de Nadal. El balear solo necesitó 25 minutos para despachar la segunda manga por 6-1.

Ya con el partido muy cuesta arriba y sin ningún tipo de presión encima, Hanfmann atacó el set definitivo con energías renovadas. Más agresivo y arriesgado en cada golpeo, el germano preservó su primer saque y exigió a Nadal para subir el 1-1 en el marcador. El tercer juego fue todavía más disputado, con dos ventajas para el alemán y dos bolas de 'break' marradas por Rafa, que a la tercera se acabaría llevando la vencida. 

El último y frágil escollo que separaba a Nadal de la victoria se derrumbó. Y eso que Hanfmann se esforzó en alargar el partido, para deleite de la audiencia, preservando sus dos siguientes servicios. Pero Rafa estaba decidido a cerrar el choque antes de las dos horas y así lo hizo. No cedió ningún servicio tampoco en el último set y volvió a romper el saque del alemán en el juego definitivo.

En total, 1 hora y 57 minutos para reafirmar las formidable sensaciones de un Nadal que se presenta como claro favorito para conquistar su decimosegundo Roland Garros