Riesgo de otra crisis en Villarreal

El Madrid tiene un difícil compromiso en Villarreal

El Madrid tiene un difícil compromiso en Villarreal / EFE

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

El Real Madrid tiene una salida peliaguda a Villarreal. Un partido en el que es favorito por tradición, pero no por trayectoria, y más con el tropel de bajas que tiene y que ha obligado a Zidane a convocar a dos jugadores del filial.

Los de Unai Emery están por delante en la clasificación, aunque llevan un partido más, y pueden dejar atrás a los blancos en una Liga que cada vez se le complica más por errores propios y también ajenos, y porque el ‘Virus FIFA’ le hace demasiado daño.

Zidane tiene muchos problemas para armar un once de garantías cada vez que vuelven de un parón de selecciones y hoy tiene que volver a hacerlo sin Sergio Ramos, su capitán y prolongación en el campo, sin Jovic, que ayer dio positivo en el test de COVIDsin Valverde ni Odriozola, lesionados; sin Militao ni Casemiro, recién recuperados del virus y sin Karim Benzema, que tampoco se ha recuperado de los problemas musculares que se produjo hace quince días ante el Valencia. Todos se quedaron en Madrid, a la espera de recuperar a algunos para el partido de Milan del miércoles.

Contrastes

Esto no evita que el francés siga estando en el ojo del huracán por sus decisiones confusas, sus apuestas erráticas y su más de lo mismo que aburre a una parroquia que vive en un sinvivir cada vez que juega su equipo.

Las dudas, la falta de confianza y ahora un entendible victimismo, atenazan a los blancos. Una pesadilla que contrasta con la ilusión y tenacidad de un Villarreal al que una buena planificación de la temporada y de la plantilla le dan buenos resultados. Un proyecto que acaba de arrancar y que ya ofrece sus frutos con un equipo bien reforzado. 

Recibir al Real Madrid siempre es un plus y más si llega herido, confuso y sin demasiada confianza. Para los amarillos jugar contra los blancos es siempre un reto en el que tienen mucho que ganar y poco que perder. Los de Unai Emery tienen la gran oportunidad de asestar otro golpe a los madridistas después de salir escaldados de Mestalla hace 15 días por un contundente 4-1, que define el estado de destemplanza en el que vive el madridismo. 

Un puzle

Zidane tiene un puzle por resolver en puertas de visitar Milan en la Champions. No se sabe el once que elegirá, pero no podrá hacer un simulacro para preparar ese partido. Se ha llevado 20 jugadores entre los que faltan cuatro titulares. Se desconoce si volverá a juntar a los que están al fondo del banquillo, a esos que no están para defender la camiseta del Madrid. Puede poner a uno, pero no a tres como se ha empeñado y que ha provocado críticas y crisis. 

Lo recomendable es que tire de los titulares que tiene más los que estén en mejor forma. Sería lo lógico. Y más ante un rival que no es el Cádiz o el Shakthar, que les dieron ‘p’al pelo’ tras el anterior parón de selecciones Pero de Zidane nunca se sabe. Es cierto que no lo tendrá fácil, pero tiene la plantilla que él eligió y que no responde cuando no tiene a los fijos.

Recupera a Hazard, que ha superado el virus. También vuelven Carvajal y Nacho, pero llegan justitos tras sendas lesiones. Pero hay más. Llega con Varane entre algodones, con Modric exhausto explotado por su selección, con Kroos fuera de punto en una temporada discreta del alemán.

Inconsistencia

A esto se suma la inconsistencia de Asensio y Vinicius, jugadores de momentos. Y con los invisibles Rodrygo y Odegaard, dos talentos sin oportunidades. Con todo esto tendrá que montar el once más Lucas, Mendy y dos canteranos.

Lo contrario que Unai Emery, al que le sobra frescura y banquillo. Tiene claro el once, el de gala, para confirmar que el camino trazado es el correcto. Al contrario que Zidane, de su equipo titular solo ha perdido a dos internacionales, Pau Torres y Gerard, y ha podido preparar el partido a conciencia en estos quince días de parón. Solo tiene la seria duda de Alcácer, que ayer no se entrenó por molestias musculares