Lunin, seis temporadas para jugar y ganar una final con el Real Madrid

La historia del ucraniano se escribe desde el silencio de un portero en la sombra que se ha abierto paso con todo en contra y sin padrinos

Nadie le ha regalado nada, y Ancelotti el que menos, que ha favorecido a Kepa pese a demostrar que está preparado para ser titular

Lunin en una acción de gol con Taty castellanos

Lunin en una acción de gol con Taty castellanos / LALIGA

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Andriy Lunin celebró en silencio el primer título ganado como titular del Real Madrid 69 meses después de llegar al equipo. Lo suyo ha sido un ejercicio de superación que se escribe desde el silencio de una personalidad introvertida, que ha vivido a la sombra las alegrías de un vestuario que lo ha ganado todo desde que él aterrizó en el equipo, pero en el que debía sentirse un extraño por su nula participación.

A Lunin nadie le ha regalado nada. En todo caso, al contrario, con Ancelotti a la cabeza. Llegó al Real Madrid el 22 de junio de 2018 procedente del Zorya a cambio de 9 millones más 4,4 en objetivos. Acababa de ser elegido el mejor portero del Mundial Sub-20 liderando a una Ucrania campeona. Fue una apuesta de futuro que se fue quedando en el camino por la falta de oportunidades. Nada más llegar, lo cedieron al Leganés, donde apenas jugó siete partidos.

CESIONES Y FICHAJE DE KEPA

En la siguiente temporada se fue a Valladolid, donde jugó aún menos, dos partidos. El Madrid decidió enviarlo al Oviedo a mitad de temporada, donde tuvo la oportunidad de jugar 20 partidos seguidos, algo que no ha conseguido desde que salió del Zorya. Volvió a la disciplina madridista en la 20-21 para vivir a la sombra permanente de un gigante como Courtois. Tres temporadas consecutivas en las que ha jugado 17 partidos de 169 posibles.

Esta temporada se rompió el belga y el Madrid corrió a fichar un relevo de confianza de su entrenador de porteros, Lluis Llopis, para cubrir la baja en otro movimiento que no favorecía a un jugador que llevaba cinco años esperando una oportunidad así. Kepa llegó y besó el santo, porque el vasco fue el elegido por Ancelotti para ocupar la portería manteniendo a Lunin donde estaba.

ANCELOTTI NUNCA HA CONFIADO EN ÉL

El italiano no tenía intención de ponerlo, no confiaba en él. Ese perfil introvertido no le favorecía ni con el entrenador de porteros con el que venía años trabajando. Una lesión de Kepa le dio la oportunidad de jugar. A Ancelotti no le quedaba otra que ponerlo y apareció el portero que el Madrid esperaba cuando lo fichó hace seis temporadas.

Pero no fue suficiente. El de Reggiolo estaba loco por la música y quería a Kepa bajo palos, no se sabe si por consejo de su preparador de porteros o si fue la influencia de un presidente al que le gusta dar su opinión sobre el portero que tiene que jugar. Lunin seguía siendo un recurso, pero ya no era ese jugador bisoño, inseguro y de mirada nerviosa.

Fluyeron sus paradas y empezó a transmitir seguridad a sus compañeros demostrando que tiene personalidad y madera para defender la portería del Real Madrid. El run-run fue creciendo en contra de las sentencias de Ancelotti favoreciendo a Kepa. El madridismo quería saber si Lunin estaba o no preparado para ser su portero después de pasar 307 partidos desde que lo ficharon sin tener esa oportunidad. Pero ha tenido que salvar la desconfianza de Ancelotti, que ha favorecido a Kepa pese a sus buenas actuaciones.

En la final de la Supercopa dejó su sello. Transmitió seguridad, fue contundente, sobrio, sin adornos y demostró que está preparado para ser el portero del equipo blanco. Pero Ancelotti sigue pensando que no, que seguirá alternándole con Kepa pese a decir que en esta segunda fase de la temporada elegiría a uno, y ese sería el titular. Pero no. Lunin no tiene padrinos, tendrá que seguir trabajando para demostrar que está preparado para ser el portero del Real Madrid.