Un City con orgullo se impone al Burnley

El City de Guardiola empieza el año mejor de cómo lo acabó. El equipo se impuso al Burnley en el Etihad en un partido más sufrido de lo que apuntaba cualquier previsión inicial. Los de Manchester no brillaron, pero dejaron escapar varias ocasiones para encarrilar un partido que se torció cuando expulsaron a Fernandinho antes del descanso.

91613

Premier

Manchester City

2

1

Burnley

Alineaciones

Manchester City
Bravo, Sagna, Otamendi, Kolarov, Clichy, Yaya Touré, Fernandinho, Navas (Silva, minuto 46), De Bruyne, Sterling (Stones, minuto 89) e Iheanacho (Agüero, minuto 46).

Burnley
Heaton, Lowton, Keane, Mee, Ward, Boyd, Hendrick, Arfield (Bamford, minuto 88), Gudmundsson (Defour, minuto 59), Barnes (Vokes, minuto 69) y Gray.

Goles

1-0, minuto 58. Clichy. 2-0, minuto 62. Agüero. 2-1, minuto 70. Mee.

Árbitro

Lee Mason. Tarjeta amarilla a Sagna, Kolarov, Yaya Toure y Silva, del Manchester City, y a Keane, Hendrick y Gray, del Burnley. Roja directa a Fernandinho (minuto 32).

Campo

Etihad Stadium. 54.463 espectadores.

El encuentro se decidió en el segundo tiempo, cuando entraron los hombres clave y Pep dio un paso al frente pese a la inferioridad. Clichy y Agüero materializaron los tantos de un City al que le queda mucho margen de mejora, pero al que no le manca actitud pese a la incómoda situación con la que conviven en la tabla.

Guardiola apostó por hacer rotaciones. Dio entrada a Ihenacho y Navas para dejar a Silva y Agüero en el banquillo. Aún así, era complicado imaginar todas las dificultades que se encontrarían tras un notable arranque. En menos de veinte minutos, los hombres de Pep dispusieron de ocasiones suficientes para dejar el choque encarrilado. Ihenacho marró un uno contra uno ante Heaton, Sterling no definió con el meta rival prácticamente vendido y Navas desaprovecho un contragolpe de cuatro contra dos. El Burnley aguantó como pudo las estocadas locales y, con el paso de los minutos, se sentó en el partido. Antes del descanso les llegó un gran respiro con la expulsión de Fernandinho. La tarjeta roja que vio el brasileño, tercera en lo que va de temporada, desconcertó un City al que se le torció el camino al triunfo.

Pep reaccionó tras el descanso y sacó toda la artillería. Agüero y David Silva entraron y el equipo se reorganizó con una defensa de tres. El resultado fueron unos minutos de dominio ‘sky blue’ en campo rival y, pese a la inferioridad numérica, llegó la recompensa. Clichy abrió la lata con un tiro desde la frontal con la diestra. El lateral se abrió espació y mandó un tiro ajustado que pegó en la base del poste antes de entrar. El City se soltó y Agüero lo aprovechó. En una contra pocos minutos después, el argentino se hizo con un balón muerto dentro del área para superar a Heaton y, con poco ángulo, disparar al arco. El ‘Kun’ ansiaba ru reencuentro con el gol, como se pudo ver en su celebración, tras los cuatro partidos de sanción.

El 2-0 fue un alivio para la grada de un Etihad Stadium volcado con el equipo en la segunda mitad. Las decisiones arbitrales y la poca fortuna de cara a gol hizo que el público empatizara con un equipo al que, pese a no pasar por un gran momento, no le manca compromiso, y tampoco a la afición. Los locales, sin embargo, no sumarían los puntos sin acabar sufriendo. El City necesita exprimirse al máximo para sumar puntos en esta Premier, y el Burnley no quiso hacer una excepción. Los ‘clarets’ recalentaron el partido con una acción a balón parado. En un servicio de esquina, ni Bravo ni la defensa acertaron a despejar el peligro, el balón quedó colgando y Ben Mee remató con potencia un balón que pegó en el travesaño y acabó entrando, como confirmó justo después las cámaras ‘goal-line’.

El tanto visitante trajo de nuevo ciertos nervios en el este de Manchester, donde no se contemplaba nada que no fuera una victoria. El Burnley no se deshizo en ningún momento, y tuvo en llegadas de Vokes o Gray las mejores opciones para rascar puntos antes del pitido final. Agarrados a la mínima ventaja, el equipo de Guardiola acabó asegurando un triunfo de compromiso que, a la espera de los errores de los equipos que encabezan la tabla, es la mejor medicina para recuperar sensaciones.