¿Cuántas veces hay que comer carne a la semana?

carne

carne / sport

Código Nuevo

Durante la última década ha aumentado notablemente el número de personas que eliminan la carne de sus dietas. Algunas de estas personas lo hacen por razones ideológicas y éticas, pero muchas otras lo hacen por las nuevas informaciones que vinculan el consumo de carne con determinadas enfermedades. En ese sentido William Kormos, editor jefe de la publicación Harvard Men's Health Watch, de la Harvard Medical School, confirma dichas informaciones precisando que "numerosos estudios han asociado el consumo de la carne roja con enfermedades cardíacas y cáncer de colon".

En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud aceptó dichos estudios y clasificó muy recientemente la carne roja y la carne procesada como sustancias cancerígenas. Pero eso no significa que comer carnes rojas aumente necesariamente el riesgo de enfermedades cardíacas y de cáncer. En realidad, todo depende de las cantidades de carnes que se consuman. ¿Pero qué cantidades son seguras? En palabras de Kormos, "no parece haber un riesgo mensurable por comer carne roja una o dos veces por semana". Recordemos que, según la OMS, se entiende por carne roja la carne muscular de res, ternera, cerdo, cordero o caballo.

Una carne verdaderamente nutritiva. Así lo recoge el portal de NHS, el servicio médico nacional del Reino, cuando afirma que "la carne es una buena fuente de proteínas, vitaminas y minerales para nuestra dieta". El problema de estas carnes rojas y de las carnes procesadas (salchichas, cecina, jamón...) es que disponen de "un alto contenido de grasas saturadas, lo que puede elevar los niveles de colesterol en sangre", sin duda uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardíacas y otras problemáticas de salud. Por eso desde NHS recomiendan seleccionar adecuadamente la variedad de carne que consumimos.

En concreto, dicen, "el tipo de producto cárnico que elegimos y cómo lo cocinamos puede marcar una gran diferencia en el contenido de grasas saturadas". Para escoger adecuadamente, los especialistas aconsejan la elección de "la opción más magra". Eso pasa por "limitar los productos cárnicos procesados como el salami, las salchichas, el paté o las hamburguesas de tercera", pero también por acciones menos conocidas como la retirada de la piel en las carnes de ave. ¿La razón? "La piel de las aves tiene mucha más grasas que la carne en sí misma. Quítele la piel antes de cocinarla".

Además, desde el NHS recomiendan algunas otras prácticas culinarias para reducir la cantidad de grasa que poseen las carnes como cocinar a la parrilla en lugar de freír, no agregar aceite extra al cocinarla o asarla en una rejilla para que la grasa se escurra. Sea como sea, se hace eco el NHS, el Departamento de Salud para el Reino Unido recomienda reducir el consumo de carnes diario a un máximo de setenta gramos. De esa manera, aseguran, "las carnes rojas como la carne de ternera, de cordero o de cerdo pueden formar parte de una dieta saludable". A partir de esa cantidad ya no.

No obstante, y volviendo a Kormos, de la Harvard Medical School, el experto recuerda que aunque "la carne roja pueda tener un valor nutricional en el contenido de proteínas e hierro, los alimentos alternativos como el pescado, las aves, los frijoles o las legumbres pueden proporcionar beneficios similares" sin riesgos añadidos para nuestra salud. El especialista concluye así que, a la vista de las investigaciones, es sensato dar más espacio a estos alimentos en nuestra dieta en detrimento de las carnes muy grasientas. Incluso invita a reservar un día completo sin carne a la semana.