Un VAR no gana ni pierde partidos, hace justicia

El VAR hizo justicia en el Barcelona-Valladolid

El VAR hizo justicia en el Barcelona-Valladolid / EFE

Ramón Fuentes

Hace ahora justo una semana expliqué con detalle en SPORT los principios básicos bajo los que debe entenderse el VAR: “Mínima interferencia- Máximo beneficio” bajo los cuatro escenarios que contempla (goles, penaltis, tarjeta roja y confusión de identidad). Y siempre bajo una situación de un error claro y manifiesto.

Dos jornadas y un partido de Supercopa de España nos han servido para ratificar que el VAR es una bendición para el fútbol moderno. El instrumento para dotarle de una justicia casi inimaginable a un fútbol que dejó hace mucho tiempo de ser un deporte para convertirse en negocio. 

Pero además lo acontecido anoche en el Nuevo José Zorrilla con el gol anulado a Koke por fuera de juego señalado por el asistente de De Burgos Bengoetxea, Jon Nuñez Fernández, ejemplifica el extraordinario trabajo que se ha hecho desde el Comité Técnico de Árbitros  en coordinación con Laliga y su soporte tecnológico. 

Una acción, décimas de segundo, un remate de cabeza a la red....y un gol anulado reúne el éxito al esfuerzo realizado. Primero porque refleja el intenso trabajo en el apartado de los asistentes. Ahora se mide milimétricamente los tiempos para levantar el banderín. Un trabajo de perfección, coordinación exquisita con la sala del VAR, unos tiempos modernos que dan pie a un grado de acierto mayúsculo.

Y el ejemplo lo dejó patente Jon Nuñez Fernandez, asistente de Bengoetxea, que levantó su banderín en el tiempo de descuento, cuando el partido agonizaba. En esto llevan meses trabajando desde el CTA para lograr este trabajo en equipo (árbitro, asistente y sala de VAR). Porque lo que hizo ayer el VAR, sala de visionado liderada ayer por Mateu Lahoz, fue ratificar la extraordinaria decisión del asistente.

Decisión en la que entraron desde la Ciudad del Fútbol porque es un fuera de juego que conlleva un gol. De lo contrario nunca habría existido comunicación entre Lahoz y el árbitro principal. Además estas acciones de fuera de gol con incidencia de gol no admiten solicitar revisión por parte del árbitro principal. La indicación desde la sala de VAR es la válida. 

Y todo esto en décimas de segundo, en la tensión efervescente del partido. Pero nunca se le vio nervioso a Burgos Bengoetxea. Marcó los tiempos de la revisión, su dedo en el pinganillo para reflejar a todos, jugadores y espectadores incluidos, que recibía una indicación. Y también en esto se ha trabajado e insistido desde el CTA en las innumerables horas de visionado, partidos Off line y On Line. El VAR es una bendición para este fútbol moderno. Y no gana ni pierde partidos, sólo imparte justicia.