La unión, vacuna para el virus del pesimismo

Aún no hay nada perdido si el barcelonismo se une de aquí a final de temporada

Aún no hay nada perdido si el barcelonismo se une de aquí a final de temporada / AFP

Bojan Krkic

Bojan Krkic

Corría el mes de abril de 2011 y Guardiola nos citó en la sala de prensa del Camp Nou. Allí nos esperaba Nando Parrado, uno de los dieciséis supervivientes de la Tragedia de los Andes, ocurrida en 1972 y que inspiró la película ‘Viven’. Parrado nos explicó su brutal experiencia y cómo, quienes no murieron en el accidente o los días posteriores, fueron capaces de organizarse para resistir durante 72 días antes de ser rescatados. Guardiola quería reforzar los vínculos del vestuario y el mensaje era meridiano: en momentos de dificultad, incluso en los más extremos, la única salida es la unión.

El equipo no pasaba por su mejor momento, había dudas y en pocas semanas nos jugábamos la temporada con cuatro partidos contra el Real Madrid. Nuestra situación ni de lejos podía compararse a lo vivido en los Andes, pero la lección que nos dio Parrado nos era muy útil. Sobrevivieron en condiciones durísimas gracias a la fuerza del grupo, convirtiéndose en un solo hombre. Pep no solo buscó motivarnos con un ejemplo de superación, sino que nos animó a darlo todo los unos por los otros.

La historia me ha venido a la mente estos últimos días. En parte por la situación que atraviesa el Barça, sobre todo tras caer en el Bernabéu, pero también por ese bache que está viviendo el Liverpool. Todo el mundo habla, todo el mundo tiene un diagnóstico claro de cuál es el problema y todo el mundo conoce también su solución, pero solo quienes están ahí abajo, jugando cada partido y entrenando cada día, saben lo que están viviendo.

En tiempos del coronavirus, no podemos dejar que la gente extienda el veneno del pesimismo, magnificando y dando volumen a lo malo con tal cantidad de comentarios que adquieren cada vez mayor dimensión y hacen un daño irreparable. De lo contrario, acabaremos contagiándonos entre nosotros mismos.

Ahora lo que toca es remar. El club debe propiciar calma para que el equipo pueda centrarse única y exclusivamente en el fútbol y la afición debería aparcar sus reproches y utilizar toda su energía en empujar a la plantilla. Los jugadores, por su parte, están obligados a anteponer el colectivo a lo personal. Y, aunque me toca más de cerca, no hablo solo del Barça, sino de cualquier equipo que esté pasando por una situación delicada. No es el momento de quemarlo todo porque queda muchísimo en juego. El liderato en LaLiga está a un solo empate del Real Madrid y en la Champions hay que hacer bueno el resultado en Nápoles. Todo es aún posible estando unidos y siendo leales al escudo.

Por cierto, después de aquella charla con Parrado acabamos la temporada ganando LaLiga y la Champions en Wembley ante el Manchester United.

DEULOFEU VOLVERÁ MÁS FUERTE

Tuve la misma lesión que ahora ha sufrido Gerard Deulofeu. Me sabe muy mal porque un problema tan serio nunca llega en buen momento, pero es que él estaba, seguramente, en el mejor de su carrera. Es una lesión importante, pero se ha puesto en manos del doctor Joan Carles Monllau, que también me operó a mí y es un gran cirujano. Gerard es muy fuerte mentalmente y saldrá de esta y aprenderá cosas que le servirán durante los muchos años que le quedan de carrera. Todo sirve para convertirse en mejor jugador a todos los niveles. Estoy convencido de que tendrá una gran recuperación y volverá siendo más fuerte. 

ESTRENO CON VICTORIA EN LA MLS

Tengo muchas ilusiones puestas en esta temporada con el Montreal Impact. El pasado fin de semana arrancó la MLS y el debut no pudo ir mejor. Ganamos 2-1 al New England, la mejor forma de empezar el nuevo proyecto de Henry. Jugué de delantero centro y, aunque hacía mucho tiempo que no hacía de ‘9’, me sentí muy cómodo.