Opinión

La única condición para el nuevo entrenador

Xavi junto a Lamine Yamal

Xavi junto a Lamine Yamal / JAVI FERRÁNDIZ

El partido estratosférico de Lamine Yamal y Pau Cubarsí ante el Mallorca no cambia nada pero lo confirma todo. En una de las peores temporadas del club, en medio de una evidente inestabilidad institucional, económica y deportiva, hay quien lee como una casualidad o una providencia divina la aparición de los adolescentes que están salvando al equipo.
Es una lectura errónea. No se trata de ningún milagro, ni de ninguna casualidad. La irrupción de los dos niños se debe en primer lugar a un excelente trabajo estructural llevado con mimo durante años por decenas de excelentes trabajadores que, ellos sí, han creído en esto que llamamos La Masía mientras la ignoraban las diversas directivas que se han ido sucediendo. Cubarsí y Lamine no son dos setas en medio de la nada, sino el enésimo fruto de la mayor cadena de producción de futbolistas de talento de todo el planeta fútbol.
Ya no había sido ninguna casualidad, como también se ha dicho erróneamente, que la misma fábrica produjera a Messi, Iniesta, Xavi, Piqué o Puyol. Lo que sucede es que no basta con tener una industria excelente de jugadores, es necesario encontrarse con un entrenador valiente que los saque al mercado y apueste por ellos.
Por eso el otro factor decisivo para entender la eclosión de Lamine y Cubarsí es sin duda Xavi, entrenador al que hemos discutido muchas soluciones tácticas, pero al que tendremos que reconocer solemnemente su enorme contribución a la irrupción de estos cracks. Sin Xavi, Lamine y Cubarsí sencillamente no existirían. Porque Xavi ha entendido, como lo había entendido Guardiola, que el primer equipo es el mejor lugar para que terminen de madurar y exploten los jóvenes de La Masía.
Los entrenadores cobardes que había tenido el Barça los últimos años prefirieron tirar por la borda talentos como Grimaldo o Cucurella, convertidos luego en estrellas de sus equipos. Xavi, como Guardiola, ha preferido jugársela y arriesgar. Quien crea que Xavi ha tenido la suerte de encontrarse a Lamine es que todavía no ha entendido nada: quien ha tenido suerte es Lamine de haberse encontrado a Xavi.
Y es que la historia de la feliz irrupción de los dos nuevos niños de La Masía tiene una moraleja muy clara: el único requisito que de verdad debe cumplir el próximo entrenador del Barça es su fe inquebrantable en la cantera. Provoca pavor oir que el próximo técnico tiene que tener experiencia o haber ganado Champions
. En el Barça estas condiciones pueden ser superfluas o incluso contraproducentes. Da igual si el hombre elegido es un perfecto desconocido. Su misión deber ser continuar la apuesta por la cantera de Xavi. El Barça no se salvará por ganar un título más o menos, sino por ser capaz de encontrar la mejor materia prima sin invertir ni un euro (que por otra parte no tiene). Si Deco y Laporta no tienen esto muy claro, entonces sí, ya podemos ir empaquetando el club y convertirlo en una sociedad anónima.

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