La tecla de Valverde

Rakitic vuelve a tener confianza

Rakitic vuelve a tener confianza / Valentí Enrich

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Hace solo dos semanas, el Barça de Valverde tocó fondo en Leganés. Ganó, pero las críticas fueron feroces. Ganó a balón parado, el gol de la victoria llegó de rebote afortunado que habilitó a Arturo Vidal, pero no fue mejor que el colista y lo que encendió todas las alarmas fue la desorientación táctica que reflejó Valverde con su alineación y sistema.

Aquel mediodía, el entrenador azulgrana puso a los cuatro cracks atacantes en el césped. Los cuatro fantásticos, hala, ¿quién da más? 4-2-3-1; 4-2-4, da igual, centro del campo para el rival con un doble pivote Busquets-De Jong que no daba abasto para contener la falta de control y creatividad. Valverde reaccionó volviendo al 4-3-3 con los cambios de Vidal por Griezmann Rakitic por Busquets pero trece minutos después, la sustitución de De Jong por Ansu Fati devolvió el sistema a la fórmula de los cuatro delanteros.

Demasiados vaivenes, excesiva sensación de incertidumbre, el equipo regresó a Barcelona con los tres puntos pero con muchas dudas. Aquello demostró que no había plan, que a 23 de noviembre aún se estaba de pretemporada, ensayando el sistema y buscando el equipo ideal. Y todo ello, en vísperas del doble enfrentamiento que podía marcar la temporada: Dortmund, en el Camp Nou, con la Champions en juego. Y Atlético, en el Wanda Metropolitano, con el liderato de la Liga en liza. Era urgente que Valverde diera con la tecla que diera sentido a la mejor plantilla que nunca ha tenido como entrenador del Barça

Contra el DortmundMessi volvió a hacer magia y el tridente, con Griezmann, puesto que Dembélé fue titular antes de su enésima lesión, se repartió los tres goles, pero el equipo recuperó consistencia, control y personalidad sobre el terrreno de juego. Con la Champions solucionada, había que ir al campo del Atlético para seguir mandando en la Liga. Se sufrió, pero a veces también se trata de que el equipo sepa sufrir, hasta que Messi dio tres puntos de oro. El equipo seguía in crescendo. 

Por último, el Mallorca en casa. Noche de espectáculo, hat-trick de Messi, taconazo histórico de Suárez y buen engranaje entre las líneas del equipo, que tuvo fluidez, transición rápida y eficacia. Seguramente, los tres mejores partidos de la temporada. ¿Y cuál es el denomi- nador común? Pues Messi al margen, claro, el centro del campo y, más concretamente, el regreso de Rakitic, la tecla que Valverde estaba buscando. El propio entrenador calificó al croata de “jugador seguro que nos da mucho equilibrio”.

De acuerdo, pero entonces, ¿por qué ha estado tres meses sin jugar? Lo de Rakitic es un misterio desde el punto de vista futbolístico, quizá no tanto desde una planificación que pasaba por un traspaso importante tras el fichaje de De Jong. Y digo “pasaba” porque ahora será difícil dar salida al jugador que da sentido al otro tridente que marca diferencias, el del centro del campo. Miren, Rakitic es el perfecto escolta. Para Busquets, que no debe multiplicarse por cien en tareas defensivas, y para De Jong, que puede mirar hacia delante sabiendo que le cubren las espaldas. Valverde ha tocado la tecla buena y la orquesta afina a pocos días del clásico. Esto promete.