La Superliga, cuestión de supervivencia

El TJUE cambiará el paradigma del fútbol como lo hicieron las televisiones privadas y el caso Bosman

Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA

Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA / EFE

Jordi Badia

Jordi Badia

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) emitirá su sentencia sobre el caso UEFA contra la Superliga europea de fútbol mañana. A partir del derecho comunitario, parece claro que el Alto Tribunal reconocerá a los clubes la posibilidad de organizar sus propias competiciones porque no debería, acorde con el derecho comunitario, bendecir el monopolio de FIFA y UEFA. Aunque, como es lógico, pueda reconocer su derecho a no aceptar en sus propias competiciones a los clubes díscolos.

Es una sentencia importante. En el sentido que, potencialmente, cambiará el paradigma del fútbol europeo en la misma medida en la que lo transformó hace tres décadas la irrupción de las televisiones privadas y el pago por visión, y la sentencia por el ‘caso Bosman’. Esta vez, en lo que se refiere a su gobernanza. Su impacto va a depender, por una parte, de la fuerza y la decisión de los clubes impulsores de la Superliga de llevar a cabo su proyecto y, por otra parte, de la capacidad y la voluntad negociadora de las Ligas profesionales y de las propias UEFA y FIFA.

Para el FC Barcelona -lo mismo vale para el Real Madrid-, se trata de una oportunidad de supervivencia, en cuanto a su modelo de propiedad social, pero también en cuanto a su capacidad de mantener el estatus económico y seguir compitiendo contra los clubes estado o propiedad de fondos de inversión. En suma, lo que la sentencia del TJUE va a posibilitar es la capacidad de poner freno a la creciente financiarización del futbol, convertidos sus agentes en productos con los que especular.