Sanear el club y hacer un buen equipo

Mateu Alemany, Director del Fútbol Profesional del FC Barcelona

Mateu Alemany, Director del Fútbol Profesional del FC Barcelona / EP

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez

Lo están intentando. Sabemos que la actual junta directiva está tratando de equilibrar las cuentas, conseguir nuevos ingresos y poder afrontar la temporada que viene con un equipo de garantías pero, no, no será fácil.

A día de hoy, casi a finales de mayo, el Barcelona no puede inscribir ni a Kessié ni a Christensen, por más que los dos jugadores ya estén firmados. No hay espacio en la masa salarial. Ni Alves, Ni Adama, ni Sergi Roberto, ni Dembelé.

Todos pasan por la gestión de estas tres próximas semanas en las que el club consiga activar las palancas económicas que desbloqueen el límite salarial del club. O firmar con CVC, que es la que más margen daría para fichar, pero le enfrentaría al Real Madrid, o la venta de parte de los derechos de explotación de las tiendas del Barcelona por más de 200 millones.

Con eso y la venta de un jugador como Frenkie de Jong, el club podría acometer la revolución que necesita el entrenador para competir con los grandes. La llegada de esos 7 u 8 jugadores. Si no, imposible.

Al acabar el choque de Getafe, Xavi Hernández se mostró muy frío, realista y serio a la hora de asegurar que el Barcelona tendría, como por historia debe ser, un equipo para competir por todas las competiciones. Xavi no quiso engañar a nadie. Veremos lo que se consigue económicamente y que podemos fichar con ello.

Aún no puede asegurar nada. Xavi sabe que depende absolutamente de lo que se logre cerrar, fuera de aspectos deportivos, en los despachos. Es un hombre de club y asumirá lo que le toque y tiene planes para ir por jugadores contrastados en función del presupuesto que se maneje, y hasta aceptaría la salida de De Jong si a cambio le garantizan un 'killer' como Robert Lewandowski, pero sabe que le van a exigir por la historia del Barcelona, no por la plantilla que le puedan dar. 

Joan Laporta es consciente de la situación pero debe tomar decisiones de mucho calado y trascendencia para el futuro. Hay mucho en juego. Además, si no se activan esos ingresos económicos para reforzar la plantilla, se corre el riesgo de que la afición se desanime, se desencante y sea otra temporada de transición. 

Eso, económicamente, también es un golpe duro. No es igual firmar un equipo altamente competitivo o de calidad que llene el estadio, llegue más lejos en la Champions league, que competir con el estadio medio vacío, sin ingresos extraordinarios y descartados pronto de seguir sumando millones y premios . Es lo que se dice habitualmente de “la pescadilla que se muerde la cola”. 

Equipo más caro, mas competitivo, genera más ingresos, y normalmente , mejores resultados. Serán tres semanas claves para toda la temporada. Ganar la batalla económica e intentar armar el equipo para ganar la batalla deportiva. Días claves.