Reconstrucción y resultadismo

Pedri apunta al titular

Pedri apunta al titular

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

El Barça está obligado a resurgir de sus cenizas en un escenario tan adverso, que a veces da vértigo pensar en el futuro. Una reconstrucción sin un euro, sin público en el Camp Nou, sin visitantes en el Museu y sin turistas en la ciudad, que son los que más camisetas compran y más rentable hacen el seient lliure. Una reconstrucción, en consecuencia, sin fichajes de alto copete. Un reconstrucción encargada al mito de la primera Copa de Europa, por un presidente que ya no está pero en la que, afortunadamente, sí está, aunque sea por los pelos y puede que a contrapelo, el mejor futbolista de todos los tiempos. En ello está Koeman, con más ilusión, valentía y esperanza que resultados. Sin más argumento a priori que Messi, el holandés ha ido por el camino más corto que asegura el futuro, pero el más largo para garantizar resultados. Me refiero a la juventud, a la maravillosa y excelsa juventud, savia nueva, descaro y visible talento de Ansu Fati Pedri. También de Dest... y sería bueno que no olvidara la de Riqui Puig.

EL RETO DE KOEMAN

Llegados a este punto, la realidad confirma la teoría. Hay más fútbol que resultados. Ansu Fati es el máximo goleador, desequilibra, es determinante, te hace jugadas de crack, levanta al culé de su sofá, qué pena que no de su asiento en el Camp Nou, pero, claro, a un niño no se le puede pedir que lo haga cada día. Otro niño, Pedri. ¡Cómo nos ilusiona Pedri! Se ha puesto la camiseta de Coutinho y la gente se ha olvidado del brasileño. La ilusión va en aumento, pero se han perdido diez de los últimos doce puntos en la Liga. Koeman ha acertado en el primer paso, pero ahora ha de acertar en el más difícil: conjugar reconstrucción con resultadismo. El barcelonismo, de momento, da aire, pero un club como el Barça no puede pasarse toda una Liga viéndolas venir. Con Fati Pedri, bien tutelados por Messi, la reconstrucción será más fácil, pero necesitará que Koeman ajuste tácticas y apriete las tuercas necesarias en el engranaje del equipo para que los resultados acompañen. Eso sí, siempre sin perder de vista que se gana más jugando bien que no al revés.