¡Todos somos del PSG!

Que Leo Messi juegue en París debería ser motivo más que suficiente para que cualquiera que ame a este deporte llamado fútbol estuviera pendiente de todos y cada uno de los partidos que disputa el argentino. Obviamente, el seguidor barcelonista está moralmente obligado a estar desde la distancia siempre al lado de quien ha regalado tanta felicidad a los culés. De la misma manera que muchos han seguido la trayectoria de Andrés Iniesta en Japón o la de Xavi en Catar. El Barça es tan grande porque por el Camp Nou han pasado gigantes como ellos. El barcelonismo es una religión que crece en mayor o menor medida según quienes sean los sacerdotes que la promueven.

Que Leo Messi ha sido el futbolista que más ha sumado a la hora de expandir la fe culé alrededor de los cinco continentes es algo irrebatible. Incluso ahora que compite en Francia tras su exilio forzado sigue siendo uno de los mejores embajadores que tiene el Barça. La imagen del '10' siempre estará asociada al azul y grana que vistió desde niño. Eso no se puede cambiar.

Pero Messi, siendo la razón más importante para vestirse temporalmente la camiseta del PSG en su eliminatoria ante el Real Madrid, no es el único argumento para situarse al lado del equipo que dirige Pochettino. Es cierto, los parisinos se han convertido en un rival incómodo sobre el césped y en los despachos para el Barça, pero, en el fondo, siguen siendo ese club pequeño que busca crecer desde la modestia disfrazada de grandeza gracias a los millones inyectados desde Doha. Así se lo ha recordado en las últimas horas su propia afición mostrando su malestar por una tendencia que consideran exagerada.

No duden. Si son culés, no se permitan mostrarse dubitativos ante un enfrentamiento entre el club del que llegó Ronaldinho y que acogió a la leyenda más grande que han visto jamás cuando el Barça decidió prescindir de él y su próximo rival en la Champions, el Real Madrid. Si Leo viste hoy la camiseta del PSG, la solución es sencilla: ¡Todos somos del PSG!