La polémica estaba en Madrid, sí

Xavi Hernández, durante el entrenamiento previo al Athletic Club-FC Barcelona de Copa

Xavi Hernández, durante el entrenamiento previo al Athletic Club-FC Barcelona de Copa / Javi Ferrándiz

Jordi Badia

Jordi Badia

Un árbitro debutante en Primera en el campo para que afrontase su primer Real Madrid. Y en la sala VOR, el colegiado más vilipendiado por la televisión oficial del club de Florentino Pérez. La visita al Bernabéu del colista incapaz de ganar un solo partido tenía que ser un partido plácido, ideal para que el primero se fogueara y el segundo limara asperezas con el madridismo. Pero, fútbol es fútbol, como decía aquel, y el Almería se puso 0 a 2, mantuvo el resultado hasta el descanso, y, aún, resistió el embate madridista y la intervención del VAR con el 1 a 3. Y la placidez supuesta se transformó en tormenta manifiesta, y amaneció escándalo.

No hace falta volver a las tres jugadas —o cuatro si contamos el codazo de Vinicius a Pozo— ni a los 11 minutos de prolongación que equivalen al “hasta que marque el Madrid”, ni recordar la vergonzosa por sincera reacción de Real Madrid Televisión de “eso es lo que queríamos”. Está todo claro y blanco.

Pero sí subrayar que, como dijo ayer Xavi, puesto que “la polémica estaba en Madrid”, no hacía falta meterse en ella de lleno. Y menos con el caso Negreira encima y de arma arrojadiza, venga o no a cuento. No lo hizo ningún representante del Girona quien, de momento, es el equipo más perjudicado por las ayudas arbitrales al Madrid, centrado como está en su juego excelente y la eclosión de sus futbolistas. Debe ser difícil mantenerse callado cuando la ocasión acecha. Ya escribió Oscar Wilde que “puedo resistirlo todo, menos la tentación”.

Y, sin embargo, la polémica puso en un segundo o tercer plano el buen partido y la mejor victoria del Barça ante el Betis en el Villamarín. Una lástima, y que San Mamés lo remedie.

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