Opinión

El peso de los jóvenes

Lamine Yamal y Fermín tras festejar el autogol de Sergio Ramos en el Barça-Sevilla de Montjuïc.

Lamine Yamal y Fermín tras festejar el autogol de Sergio Ramos en el Barça-Sevilla de Montjuïc. / Jordi Cotrina

Lo hemos naturalizado, pero no es nada normal. No es lógico el enorme peso futbolístico que tienen los jóvenes en el actual Barcelona. Y digo jóvenes cuando en algunos casos debería decir niños.

Nadie les regala ni uno solo de los minutos que juegan y encima responden y merecen más, y mucho más. Ante el Sevilla, los niños tiraron del carro y fueron decisivos en la victoria. Marcaron el ritmo del partido y casi todos los duelos que disputaron. Fueron el motor y el alma del equipo. Eso estando en el campo jugadores como Lewandowski, Christensen o Gündogan, es mucho decir.

Me gustaría hacer hincapié en Fermin. Para mí, Fermin es un descubrimiento enorme. Una muy agradable sorpresa, porque su irrupción es espectacular. Y me he tenido que subir al carro, pues reconozco que apenas tenía referencias suyas. No le he seguido y no esperaba por tanto esta explosión. Y estoy enamorado de su juego. De su entrega, de su ilusión, de sus ganas, de su felicidad. Y de su fútbol.

Hay que tener mucha confianza y mucha fuerza mental para pasar de jugar con el Linares en la 1 RFEF a tirar del carro del Barcelona y no amedrentarse.

Me recuerda, salvando las diferencias que deben tener todas las comparaciones, a la sorprendente irrupción de Pedro. Cuando debutó, llamado 'Pedrito'. El tinerfeño apareció casi de la nada y se consolidó hasta ser campeón del mundo y titular indiscutible de un gran Barca y de la selección.

Todos miramos a Lamine Yamal, es normal. Es muy diferencial y especial. Es la gran esperanza del barcelonismo, pero su brillo no nos debe cegar y dejar de ver todo lo que le rodea. Un Gavi líder, corrigiendo a veteranos con tacto, empujando al equipo e insuflando esa entrega que le hace tan genuino. Un auténtico “canchero” que dirían en Argentina.

Balde, asentándose en la banda izquierda y creciendo para tratar de ocupar con brillantez el hueco dejado por Alba. Y Fermin López. El gran Fermin López, que de todos ellos era el que menos escaparate tenía y el que, ahora, más está brillando.

Y sus entrenadores. Que tienen un papel importantísimo. Es cierto que Koeman fue siempre valiente y apostó por los jóvenes, y ese es quizás su mayor legado como entrenador del Barcelona, pero no se puede negar que Xavi abandera a los canteranos y no le tiembla el pulso cuando tiene que poner a Fermin antes que a Sergi o a Yamal antes que a Raphinha.

Esta nueva generación es otra bendición para el Barcelona. Cada vez son más jóvenes y cada vez más buenos, y son más. El último que se suma a la fiesta del balón es Fermin. No hace falta tener un apellido o nombre muy raro. Se puede uno llamar Fermin, tener solo 20 años, formarse en la cantera y jugar muy bien al fútbol.